Desde que la revolución bolivariana se instauró, el país anda «a troche y moche» y el descontrol y desorden reinantes están a la orden del día
Helter Skelter es una canción de The Beatles, compuesta por Paul McCartney, aunque acreditada a Lennon-McCartney. Un «helter skelter» es un tobogán en espiral que se puede encontrar en los parques británicos.
En las ediciones del tema en países de idioma castellano figura como «Ni crudo ni cocido» en España o «A troche y moche» en Latinoamérica. La traducción más adecuada es «descontrol» o «desorden». Paul McCartney ha declarado que utilizó el tobogán como un símbolo de la caída y de la decadencia.
Hago este parangón, porque cada uno de los términos a los cuales se puede traducir esta expresión “helter skelter», se ajustan a lo que ocurre en Venezuela luego de 18 años de revolución, que han transcurrido a paso de jodedores. Desde que la revolución bolivariana se instauró, el país anda «a troche y moche» y el descontrol y desorden reinantes están a la orden del día.
Quizás hay quienes están aún esperanzados, otros incautos y la mayoría desesperados, creen que con un discurso lleno de buenos deseos, la MUD ahora sí va a hacer las cosas al menos con más aciertos que errores y no todo lo contrario; déjenme decirles que deseos no empreñan, la MUD tan solo muda de piel y aunque se vista de seda MUD se queda.
Pero en la acera de enfrente, en el oficialismo, Maduro presenta un gabinete donde la mayoría son militantes del Frente Francisco de Miranda; y Rosales pone a dirigir la orquesta en la Asamblea Nacional a un músico de oído que no lee partitura, pero que sabrá cómo se debe entonar el «Rajeh Yittammar Libnan», lo que sin duda servirá para que las relaciones de ese macabro juego continúe con “la cochina ahorcada”, todo un verdadero dominó de pasiones.
Y como ya nos tiene acostumbrados, Nicolás Maduro no da puntada sin dedal, y en cadena nacional dice: “Julio Borges se comprometió de palabra conmigo a acatar la palabra del TSJ y a participar de todas las iniciativas de diálogo económicos y políticos, ojalá cumpla. Borges empeñó su palabra, él me mando a decir: Ya el viejito loco se va, ahora vengo yo y sí voy a dialogar; entonces cúmplase”…
¿ Con qué se come eso? Es otra joda más. El que tenga oídos que oiga, diría el comandante eterno.
¿Impunidad en Anzoátegui?
La confirmación por parte de la Corte de Apelaciones en lo penal por la revocación de una orden de aprehensión que hiciera el juzgado séptimo de control dictada inicialmente contra los ciudadanos Pedro Luis García y Elías José Zan Tawil, a quienes se les había dictado orden de aprehensión por los presuntos delitos de tráfico de sustancias estupefacientes y psicotrópicas, asociación para delinquir y legitimación de capitales, es el escándalo que sacude al mundo judicial en el estado Anzoategui.
De acuerdo con la información que me suministra Cicerón, el caso que llevó al tribunal Séptimo de Control a ordenar la aprehensión de los ciudadanos Pedro Luis García y Elías José Zan Tawil, fue el siguiente:
“…En fecha 16 de junio de 2016, siendo las 21:50, el funcionario capitán Roger José Terán Yánez adscrito al Destacamento de Vigilancia Costera Nº 52, Punta de Mata, estado Anzoátegui, cuando recibe llamada telefónica de la central del Destacamento de Vigilancia Costera Nº 52 de la Guardia Nacional Bolivariana de Venezuela, efectuada por el funcionario teniente Ever Luna Chaurtre, oficial de día, quien le informó que había recibido una llamada telefónica por parte de una persona masculina que no quiso identificarse y la referida llamada fue realizada del número telefónico 0268-2529999, informando que en la Marina Américo Vespucio se encontraba una lancha de color gris oscuro de nombre Open Bar y que la misma contenía droga en su interior. Seguidamente, por instrucciones del Comandante del Destacamento Nº 52, el capitán Roger José Terán Yánez se trasladó al lugar en mención a los fines de corroborar dicha información, ya que se encontraba de comisión marítima por la franja marítima costera. Al llegar a la marina Américo Vespucio avistó la embarcación atracada en el puesto 27 del muelle azul de referida marina, por lo que, en presencia de cuatro testigos identificados como Feliciano Brito, Pedro Jimeno, Edgar Lugo y Samuel Guzmán, procedieron a realizar inspección a la referida embarcación, en compañía del primer teniente Álvaro Luis de Abreu González, sargento primero Gustavo Calderón Suárez y del semoviente canino Nero, adscritos a Úrea 52, la cual para el momento de la inspección no se encontraba ninguna persona abordo, e igualmente totalmente desordenada quedando identificada como Yate casco Pershing de 62 pies, serial IT-ADRP6250F707, eslora 18,60, manga 4,55, puntal 2,10, con un peso bruto de 39,50 de nombre Open Bar, matrícula D-L9517-AF, color gris oscuro, encontrando en el baño del camarote de los marinos, en un compartimiento en la parte trasera de la poceta, la cantidad de dos (2) panelas con revestimiento plástico de color negro sin ningún tipo de señas particulares, por lo que posteriormente, en presencia de los testigos, los efectivos del Comando Antidrogas procedieron a efectuar prueba de orientación con reactivo Scott arrojando una coloración turquesa positivo para cocaína. Igualmente procedieron al pesaje de la cocaína, arrojando un peso de un (1) kilo cada una, para un total de dos (2) kilogramos aproximadamente. Posteriormente, la sustancia incautada fue trasladada hasta el Laboratorio Criminalística Nº 52 de la Guardia Nacional Bolivariana, en el cual le practicaron la peritación que arrojó un peso Neto de 1.950 gramos y en el ensayo de coloración positivo para cocaína…”
Luego de ese relato, Cicerón me asegura que, después de las investigaciones de rigor, la fiscalía novena del estado Anzoátegui, con competencia en materia de drogas, llegó a vincular dichos hechos con los ciudadanos Luis García y Elías José Zan Tawil, por lo que solicitó la orden de aprehensión contra dichos ciudadanos, acordada con lugar por el tribunal séptimo de control el 20 de junio de 2016, pero luego este mismo tribunal, amparándose en un espúreo “control jurisdiccional” y sin mediar solicitud de nadie, ni mucho menos de la Fiscalía, revocó dicha orden de aprehensión, conociéndose a soto voce en el medio judicial que fue por “instrucción” del presidente del circuito judicial, Hernán Ramos Rojas, lo que se corresponde con los hechos posteriores, porque luego la Corte de Apelaciones de ese circuito confirmó la decisión del tribunal séptimo de control, que revocó inaudita parte, esto es, sin la presencia de los representantes del Ministerio Público, la orden de aprehensión dictada inicialmente por dicho tribunal séptimo.
La Corte de Apelaciones en lo penal de Anzoátegui confirmó la revocatoria de la orden de aprehensión que dictó dicho tribunal séptimo, a pesar que contra dicha decisión, los fiscales de la fiscalía novena ejercieron oportunamente el recurso de apelación, y demostraron que no habían variado las circunstancias que llevaron a dicha Fiscalía a pedir la orden de aprehensión contra los ciudadanos Pedro Luis García y Elías José Zan Tawil, el primero de los cuales se atribuye vinculaciones con Pdvsa o con personajes vinculados a esta industria en la región, ostentando un medio patrimonial de adinerado y medios de fortuna de potentado petrolero.
Nos preguntamos: ¿a qué juegan los tribunales que de golpe y porrazo y de espaldas a la Fiscalía revocan una orden de aprehensión contra este ciudadano Pedro García, que ostenta una vida de potentado en la región?
COLUMNA A CALZÓN QUITAO / Wilmer Suarez