Si le quitan el cono a un gran empresario o a un alto funcionario del gobierno, no pasa nada, porque ellos tienen muchos otros medios para resolver
En Venezuela quien más sufre es el cono de tu madre, porque la mujer es la jefa de compras en el hogar, ella va al supermercado, a la farmacia y padece más que nadie la escasez de conos, es decir, un «cono monetario», como así le llaman a los billetes que usamos para comprar.
Si le quitan el cono a un gran empresario o a un alto funcionario del gobierno, no pasa nada, porque ellos tienen muchos otros medios para resolver; pero quitarle el cono al pobre es cruel; contra el obrero significa secuestrar su sueldo para comer; y contra el estudiante es impedirle pagar autobús, merienda, internet para investigar y fotocopias (libros están muy caros).
Entonces, frente a la falta de conos, ya sabemos cuál es el cono que más duele. El que le quitan a la madre, no meto a mi negrita Carmen (irremediable fanática chavista), porque está acompañando a su comandante en un sitio muy feliz donde me cuentan que no hay colas, ni inflación, ni escasez de nada.
Peligroso para la paz nacional y electoralmente suicida es que por encima de la sociedad, una «fuerza superior», por acción o por omisión, reduzca forzadamente el poder adquisitivo (capacidad de comprar) al pueblo y esto es lo que pasa cuando crece la amenaza de eliminar los billetes. Unos culpan al gobierno (socialismo) y otros a la oposición (capitalismo). Lo cierto es que mientras ellos se acusan, quien sufre es nuestro pueblo de a pie porque si no trabaja no come, es decir: los afectados somos tú y yo.
Constitucionalmente hablando, cada individuo decide cuánto gasta. Si el venezolano es consumista, edúquenlo, generen conciencia, pero no le impongan otros hábitos (menos austeridad en navidad), porque se molesta, sufre y «come casquillo» que le mete la parte interesada en que haya un estallido. Prohibido olvidar que las revoluciones del siglo 21 son electorales y por lo tanto nunca deben despreciar el sentimiento del pueblo que pasa factura.
Juzgamos por los resultados: exigimos ver las caras de los culpables y que se les castigue con todo el peso de la ley. Pero sobre todo que se elimine el problema de los billetes. La verdad es la más hermosa de las acusaciones, sobre todo entre revolucionarios, por eso yo declaro abiertamente que:
1) Al billete de 100 bolívares lo venían matando desde hace meses en toda Venezuela, como por ejemplo cuando en bancos, cajeros automáticos, supermercados y farmacias dejaron de usarlo casi totalmente, al tiempo que te decían que se cayó el sistema y forzaban al ciudadano a parir dinero en efectivo, principalmente los marrones.
2) Empezando 2016 ya se profundizaba poco a poco dicho asesinato del billete de 100, y contra el papel moneda, cuando los bancos empezaron a limitar la cantidad de dinero efectivo que la gente podía retirar a diario, mientras que los precios cada vez más altos (inflación) reclamaban gastar mayor número de billetes. Por ejemplo, con 12.000 bolívares que me daba un cajero automático difícilmente compro comida para un día.
Anécdota de la lengua: según la Real Academia Española (RAE) hay muchas definiciones de la palabra «cono», pero ninguna está asociada a billetes o monedas. Aclaro que intencionalmente he escrito esta palabra con letra «n» porque si usara la «ñ» sería una grosería y ese no es mi estilo. La gente sabe que soy un chavista de verbo decente, a pesar de que no soy monedita de oro buscando agradar a sectas ni a divos. En resumidas cuenta, mi compromiso es con el pueblo de a pie (al que poco lo dejan hablar sin libreto).
Pues bien, contrariando lo que dice la RAE (que tampoco es dueña de la verdad) se puso de moda y fue muy nombrada la bendita expresión «cono monetario» en diciembre de 2016. Poco me importa si la misma tiene tradición o base en la academia, la ridiculez es la misma porque es palabra rebuscada.
Optica Marxista / Jesús Silva R. http://jesusmanuelsilva.blogspot.com