Si lo natural es que la política se encauce en 2017 por los escenarios previstos, en este caso la elección de gobernadores, no todos los sectores están de acuerdo en que se marche por esa ruta
Leopoldo Puchi
Los eventos de mayor importancia previstos para este año, desde el punto de vista político, son las elecciones de gobernadores y las de alcaldes. En lo económico, se anuncia una recuperación de los precios del petróleo, lo que aliviaría la situación del país, pero se desconoce si se concretarán cambios en las políticas macroeconómicas. En el plano internacional, está todavía por despejarse la incógnita sobre la línea que adoptará Donald Trump con relación a Venezuela.
Ahora bien, si lo natural es que la política se encauce en 2017 por los escenarios previstos, en este caso la elección de gobernadores, no todos los sectores están de acuerdo en que se marche por esa ruta. En el reciente discurso de Julio Borges al instalarse la Asamblea Nacional no hizo mención a esas elecciones y formuló objetivos que apuntan en un sentido diferente, como el planteado por la Conferencia Episcopal de Venezuela, que es partidaria de una rebelión social que conduzca a un derrocamiento militar del gobierno, bajo el modelo de insurgencia utilizado el 23 de enero de 1958.
Los denominados sectores radicales han sido partidarios de esta estrategia durante mucho tiempo. Pero a partir del mes de diciembre la bandera ha sido asumida por la directiva de la Iglesia. Todavía está por definirse si Acción Democrática la respalda y todo indica que Avanzada Progresista y Un Nuevo Tiempo estarían en desacuerdo con recurrir a un alzamiento militar. En el plano internacional, el criterio oficial del Vaticano es distinto a la posición asumida por la CEV, y en Washington no parece que existiera un lineamiento definido, por lo que habría que esperar hasta después de la toma de posesión de Trump.
En el ámbito político, la correlación de fuerzas continúa siendo de un equilibrio inclinado hacia el Gobierno. Es un cuadro donde no es fácil que prospere la estrategia de rebelión de calle y alzamiento militar y es difícil que el Presidente sea eyectado del poder antes de finalizar el período constitucional. El terreno en el que sí se ha debilitado el Gobierno es el electoral, como consecuencia de la escasez, la inflación y la inseguridad, lo que brinda oportunidades a la oposición. Después de todo, como señala Elías Canetti en Masas y Poder, “el voto sigue siendo el instante decisivo, el instante en que uno se mide realmente. Es el vestigio del encuentro sangriento que se imita de distintas maneras. Pero el recuento de votos pone fin a la batalla”.
En las próximas elecciones de gobernadores, las fuerzas en pugna por el poder en Venezuela tendrán una batalla simbólica que se librará de modo pacífico. La estrategia planteada por la CEV de derrocamiento vía un alzamiento militar tendría que ser descartada por los otros integrantes de la oposición. Y al CNE le corresponde fijar la fecha en que se votará. Estas elecciones, su organización y selección de candidatos, han de ser el centro del 2017 político.
FOTO car1-instalada reunion de obispos de la cev1
«La estrategia planteada por la CEV de derrocamiento vía un alzamiento militar tendría que ser descartada por los otros integrantes de la oposición…»