Los equipos de rescate no pierden la esperanza de encontrar sobrevivientes atrapados en burbujas de aire tras el alud del miércoles en la noche que arrasó el hotel de lujo Rigopiano, aislado en las montañas de los Apeninos, dentro del Parque Nacional del Gran Sasso
Los socorristas seguían buscando este jueves a unas 30 personas que se encontraban en el hotel sepultado 24 horas antes por una avalancha de nieve en el centro de Italia, sacudida también por una secuencia de fuertes terremotos.
«La operación de socorro durará horas y horas y se lleva a cabo en condiciones muy difíciles», precisó en una conferencia de prensa Immacolata Postiglione, una de las responsables de la Protección Civil.
Hacia el mediodía del jueves se habían extraído dos cadáveres de los escombros, precisó Postiglione, coordinadora de las operaciones de emergencia.
El número de desaparecidos resulta incierto, ya que según un vocero la Protección Civil local, Mario Mazzocca, unas 34 personas se encontraban en el hotel: 22 clientes, entre ellos varios niños, 8 empleados y cuatro visitantes que no residían en el edificio.
«Estamos trabajando en forma metódica», explicó Walter Milan, del socorro alpino, para lo cual han movilizado equipo y material muy avanzado.
Los equipos de rescate, que tuvieron mucha dificultad para acceder a la zona por fuertes nevadas y ráfagas de viento, caminaron numerosas horas para llegar al lujoso hotel.
Las primeras imágenes tomadas por los socorristas muestran restos de muebles, ventanas y otros objetos destruídos y desperdigados.
El hotel quedó «destrozado, ya no existe», agregó un bombero en declaraciones a la AFP.
El edificio de tres pisos, se redujo a uno, cubierto por escombros, árboles caídos y vidrios rotos. La piscina cubierta se congeló tras la ruptura de la marquesina que la cubría.
Giampiero Parete, uno de los sobrevivientes, «llora, llora desesperado, está preocupado por sus hijos de 6 y 8 años y por su esposa Adriana», contó Quintino Marcella, restaurador y colega profesional de Parete, de 38 años
Parete, que se encuentra hospitalizado en reanimación en Pescara, se encontraba junto con Fabio Salzetta fuera del hotel en el momento del alud de nieve por lo que se refugiaron dentro de un automóvil, que también fue arrastrado por la fuerza de la nieve.
Situación dramática
Según los pronósticos, se prevé nieve en las próximas 48 horas en las regiones afectadas del centro de Italia y el peligro de avalanchas ha aumentado de nivel.
La zona dista un centenar de kilómetros de Amatrice, sacudida el miércoles por una serie de terremotos. Era imposible saber por el momento si la avalancha fue provocada por uno de estos seísmos que se sintieron hasta en Roma, situada a 180 kilómetros del epicentro.
«Estamos atrapados en una situación sin precedentes entre una ola excepcional de fuertes nevadas y los terremotos del miércoles», reconoció el jefe de gobierno, Paolo Gentiloni, quien adelantó su regreso de Alemania para visitar el centro de operaciones de la Protección Civil en Rieti.
Las regiones de Los Abruzos, Lazio y Las Marcas fueron también las más afectadas por los sismos del año pasado que causaron 300 muertos así como derrumbes de edificios históricos y aldeas enteras arrasadas, por lo que buena parte de la población vive en condiciones precarias.
Entretanto en Montereale, uno de los epicentros de los temblores del miércoles, muchos residentes se preparan a pasar otra noche negra dentro de la enorme carpa instalada para los habitantes.
Ella Ide / AFP