Mario Lissón había disputado cinco finales en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional antes de ponerse el uniforme de las Águilas del Zulia, para reforzarlos esta campaña en la serie que define el título frente a los Cardenales de Lara.
Más allá de sus notables antecedentes, el toletero derecho está consciente del desafío que afronta con el equipo rapaz, que trata de romper una sequía de 17 años sin coronarse en la pelota criollo.
“Independientemente del tiempo que pueda tener un equipo sin conseguir un título, el estar en una final te genera esa urgencia de hacer las cosas bien para ganar”, indicó Lissón, quien ha sumado dos campeonatos con los Navegantes del Magallanes.
“Este un equipo que tiene mucho ánimo, que disfrutar estar en el terreno de juego, por lo que es bueno ser parte de esto”.
Lissón no esconde la motivación que siente por ser tomado en cuenta por la gerencia rapaz para darle peso a la ofensiva.
“Una final es lo mejor que le puede pasar a un pelotero, en este escenario todos quieren ser los héroes, pero lo que va a marcar la diferencia será el ejecutar los fundamentos de la manera correcta, independientemente de los nombres que tengas en el lineup”.
En esta postemporada, Lissón muestra un promedio de bateo de .333 con 10 remolcadas en sus 11 compromisos reforzando a Caribes de Anzoátegui.
“En esta etapa del campeonato yo trato de dejar atrás las presiones, aquí todos saben lo que puedo aportar. Los problemas se presentan cuando uno trata de hacer cosas demás. Simplemente vengo con la mejor intención de dar el máximo”.
Si bien “Súper Mario” llegó con la misión hacer de las Águilas un equipo más temible con el madero, el inicialista describe a las Águilas como un equipo que: “basa su éxito en la defensa y el pitcheo”.
Wilmer Reina
LVBP