El Caracas FC falló en momentos claves y permitió al Deportivo Anzoátegui colocarse a tiro para ganar el título del Apertura
Los derrotas que sufrieron los “Rojos del Ávila” y que complicaron su lucha por el título del Apertura, la primera ante el Deportivo Anzoátegui y la segunda de manera estrepitosa y bochornosa por un abultado marcador de cuatro goles a uno contra el Deportivo Petare, pusieron en jaque el trabajo del entrenador Ceferino Bencomo, ya que el club falló en momentos claves, pese a tener una de las mejores nóminas del país. Desde la llegada de Bencomo al club capitalino, siempre se le ha exigido mucho más, teniendo en cuenta que su antecesor fue nada menos que Noel “Chita” San Vicente.
La llegada de Bencomo en 2010 sirvió para la consecución del onceavo campeonato para el equipo capitalino en medio de una renovación. Fue después de esto cuando el funcionamiento táctico y colectivo comenzó a decaer en cada temporada y ha dado como resultado la pérdida de dos torneos consecutivos, ante el Zamora y el CD Lara, respectivamente.
Las derrotas del Caracas ante el DANZ y el Deportivo Petare dejaron algo más que dudas con una defensa que hizo aguas y con un jugador emblemático como Franklin Lucena que no se vio cómodo en esa posición; Ángelo Peña, pese a su calidad, ha sido dejado en el banquillo de manera inexplicable; y la gota que derramó el vaso fueron los fichajes del chileno Sebastián «Chamagol» González y el uruguayo Rino Lucas, que poco o ningún efecto tuvieron en la plantilla.
A pesar de toda la incertidumbre, saciada con la victoria de 2-0 ante Yaracuyanos este domingo, hay que destacar el desempeño de jóvenes que han dado la cara por el equipo como Fernando Aristeguieta, Alain Baroja y Rómulo Otero. Fuera de la cancha es mucho lo que se puede suponer en torno a un conjunto que se mantenía en los primeros lugares solo a base de nombre, pero que en el desempeño dejó mucho que desear.
La fanaticada del Caracas pide otro título a gritos y muchos se atreven a opinar que el único culpable es Ceferino. Pero es muy fácil observar los toros desde la barrera, ignorando el aspecto interno del vestuario del Caracas. En este sentido solo queda esperar si el rendimiento mejora o es cierta la teoría de que ya el tiempo de este cuerpo técnico se cumplió y el club debe buscarle una salida.
Arnaldo Israel Fernández