A pesar de que los voceros del gobierno nacional manifiestan que las bolsas de alimentos comercializadas por los Clap llegan mensualmente a las comunidades, desde el 3 de abril de 2016 que se activó este modelo de distribución,a los bloques del sector Los Sapitos en Caucagüita, solo han llegado dos veces.
Eliecer Barreto, quien es vecino del lugar, afirma que cercano a la zona funciona un Mercal, pero cuando van a comprar y dicen que vienen de Los Sapitos les condicionan la venta.
“Es doloroso ver cómo el pueblo está pasando hambre, especialmente nuestros niños y ancianos, mientras el gobierno nacional cada vez se vuelve más indiferente con quienes los llevaron al poder”.
Barreto decidió emprender para sobrellevar la situación y comenzó a vender masa de maíz en su casa, producto que procesa él mismo. “A veces vienen vecinos a decirme que les fíe el kilo de masa, porque no tienen nada de comer que darle a sus hijos y eso a mí me parte el alma”.
En Los Sapitos viven unas 500 familias que en su inmensa mayoría forman parte del 82% de venezolanos que se encuentran en situación de pobreza de ingresos. Uno de los problemas más apremiantes que tienen en el lugar es la mala disposición de los desechos sólidos, por lo que es normal apreciar que moscas, roedores y gusanos brotan de centenares de bolsas de basuras acumuladas.
Durante una visita que el gobernador de Miranda, Henrique Capriles, realizó a la zona, Eliecer en representación de sus vecinos solicitó la ayuda del primer mandatario regional para que se construya un espacio para almacenar los desechos, además de mejorar otros servicios públicos que funcionan a medias.
“Ver nuestras calles alumbradas para poder salir sin miedo después de las 5 de la tarde sería una felicidad para muchos y poder contar con el agua todos los días, porque las bombas se dañaron y recibimos el líquido cada 20 días y a veces hasta una vez al mes”, señaló Barreto.
Tanto el servicio de energía eléctrica como del agua potable son competencia de organismos adscritos al gobierno nacional.