Dos meses de teatro en el Trasnocho Cultural para mostrar ocho montajes del relevo de los creadores de la escena
El Tercer Festival de Jóvenes Directores Trasnocho finaliza el 12 de marzo y hay que esperar que su veredicto, centrado en los ocho espectáculos programados, no suscite un escándalo de las proporciones mediáticas como el ocurrido con los premios Oscar 2016, el pasado 26 de febrero. Por supuesto que eso no ocurrirá jamás, porque aquí, en esta aldeana Caracas, no se aplican métodos tan tecnificados y difícilmente cometerán ese dislate a la hora de anunciar a los dos ganadores.
Desde su inicio El Festival de Jóvenes Directores Trasnocho se ha posicionado como una importante plataforma de difusión del talento escénico venezolano. En sus tres ediciones han participado más de 100 concursantes y en las dos primeras competencias fueron premiados jóvenes que están dando de qué hablar en el medio teatral, como son Fernando Azpúrua, Pedro Borgo, Leonardo van Schermbeek y Jorge Souki, hasta ahora.
Todos los montajes del festival son evaluados en vivo por un jurado de premiación, encabezado por la directora y actriz Diana Volpe; la productora y presidenta del Centro Cultural Chacao, Claudia Urdaneta; la diseñadora de producción y directora de arte Eva Ivanyi; el director y productor Armando Álvarez; y el productor, director y docente Dairo Piñeres. El jurado anunciará los dos espectáculos triunfadores, que serán premiados con sendas temporadas de tres semanas en el Espacio Plural de Trasnocho y en la Sala La Viga del Centro Cultural Chacao.
Sin críticos y periodistas
Para este año 2017, los organizadores dejaron por fuera o no invitaron a críticos y periodistas culturales, lo cual agradecemos (en mi caso) porque era siempre una responsabilidad muy seria y además nos quitaría la posibilidad de criticar o ponderar lo que ese ilustre quinteto haga, aunque para nadie es un secreto que en esta tierra de gracia más de una vez aplicaron los nefastos veredictos familiares en los premios municipales, o sea ganadores gracias al voto de sus cónyugues convertidos en jurados.
Aplaudimos que la directiva del Trasnocho Cultural, positiva institución privada sin ánimos de lucro, haya decidido organizar y producir un festival -además de premiar a los dos mejores- desde la temporada 2015, destinado a darle oportunidades a las nuevas generaciones de directores de mostrarse ante un público, un proyecto que a nadie antes se le ocurrió, salvo lo que hizo Carlos Giménez durante los años 90 del siglo pasado, con la organización y producción del grupo Rajatabla, además del respaldo del Ateneo de Caracas.
Cuando ya han realizado tres eventos se detecta que un amplio sector de las nuevas generaciones –menores de 30 años- se prepara y se asesora para una competencia que es única en el país y la cual puede catapultar a los que se arriesguen y participen. Además, hay que aplaudir al público que ha acudido desde la inaugural temporada 2015 para conocer así a los futuros creadores del nuevo teatro criollo.
Es importante informar que las taquillas de las 48 funciones de las ocho autóctonas producciones se reparten en dos partes iguales.
Tercer año
Por tercer año consecutivo, el Espacio Plural de Trasnocho Cultural ha sido el escenario para disfrutar de una valiosa muestra del talento de la nueva generación de creadores teatrales del país. De los ocho espectáculos para esta edición, cuatro eran piezas de autores venezolanos, tres de las cuales eran estrenos. Los otros cuatro montajes eran versiones de obras de reconocidos dramaturgos de Canadá, España e Inglaterra. La primera obra que buscó convencer al jurado fue Casa de sangre y cenizas, original del venezolano José Gabriel Núñez, presentada, con carácter de estreno mundial, entre el 13 y el 22 de enero, por Jhonny Romero. Greymar Hernández tomó el texto Adiós a todos, del español Luis García-Araus, y lo exhibió del 20 al 29 de enero. Recordando con ira, del legendario británico John Osborne, permitió la propuesta escénica de Pedro Indriago, exhibida del 27 de enero al 5 de febrero. De alta, estreno del venezolano Elio Palencia, mereció la audaz propuesta escénica de Juan Bautista y se mostró del 3 al 12 de febrero. Tom en la granja, pieza del canadiense Michel Bouchard, permitió la impactante propuesta escénica del director Carlos Fabián Medina, que se aplaudió del 10 al 19 de febrero. El triciclo, obra del español Fernando Arrabal, mereció la propuesta escénica de Axel Valdivieso, para mostrarse del 17 al 26 de febrero. El criollo Gustavo Ott entregó su texto Comegato para la dirección de Rafael Barazarte y es exhibida del 24 de febrero al 5 de marzo. Y con el estreno de Cría de canguros, de la venezolana Karin Valecillos, cierra Jesús Navas la competencia, mostrándola del 3 al 12 de marzo. El elenco está integrado por cuatro jóvenes: Claudia Rojas, Aquiles Herrera, Luis Palmero y Grecia Rodríguez.
EL ESPECTADOR/ Edgar Moreno Uribe/ @eamorenouribe