Los criollos no podían ocultar su desazón al concluir el empate a 2 con Perú. Estaban conscientes de que habían dejado escapar una victoria necesaria para una afición ávida de ellas, especialmente a los más de 39 mil que –unos pagando, otros gracias a la demagógica “puerta franca” que mueve a pensar si vale la pena comprar boletos- acudieron al Monumental de Maturín.
Y era natural ese desconcierto, más allá de la frustración por el pésimo estado del terreno a consecuencia de la lluvia, que estropeó un buen trabajo para dejar la cancha en el mejor estado e impidió mejor desenvolvimiento. En cualquier caso, tampoco los incas se la llevan bien con tantos charcos, dado su clásico juego de toque corto y raso. Pero es que desde la óptica venezolana parecía no entenderse por qué la diferencia de desempeño entre primero y segundo tiempo. Por cierto, nada nueva para los vinotinto.
En la primera mitad, la iniciativa y el buen juego dejaron satisfacción especialmente porque se involucraban varios de los jóvenes que hacen pininos en la selección absoluta. Y aunque uno de ellos, el guardameta Faríñez, puso nota importante al detener un testazo en lance espectacular que pudo ser punto de inflexión, los venezolanos fueron más en los primeros 45. Y hasta pudieron conseguir goles adicionales a los de Villanueva (frentazo de oportunidad ante un rechazo del palo de un balón proveniente de Otero y cañonazo de este último de tiro libre, golazo) pues Martínez y Rondón se perdieron dos lances clarísimos y hasta el juez no vio una mano peruana. Ventaja neta de 2-0, merecida, a la hora de ir al descanso.
Después, historia repetida. De una parte, porque apenas puesto en juego el balón, cuatro pases y remate peruano a la red. Los nacionales, como ha ocurrido tantas veces, sorprendidos “en frío”. Sin embargo, vale reconocer que esta vez se recuperaron y pelearon –costó para que llegara el empate- solo que (también “se ha visto ya esa película”), poco a poco fueron cayendo en el juego de un rival que se apodero del esférico y fue llevándoles a un plan defensivo hasta que, como suele ocurrir, se llegó a la paridad. Y solo aislados contragolpes en camino a un final donde se temió la derrota.
El balance, no obstante, es positivo en cuanto al trabajo de jóvenes como John Murillo, Rómulo Otero, Alexander González.., mientras en algunos casos se reflejaba la poca acción de algunos en sus equipos. El colectivo supo conectar, crear situaciones de peligro, ponerse inclusive por encima del rival, dejando la impresión general de que el talento nuevo puede impulsar tiempos gratos para la Vinotinto.
Eso sí, recordando siempre que los partidos son de 90 minutos.
“Buscamos cambiar la historia”
Luego de un partido intenso, en el que Venezuela y Perú, igualaron a dos, el seleccionador Rafael Dudamel, ofreció un análisis de lo que fue el rumbo del partido correspondiente a la jornada 13 de las Eliminatorias rumbo a la Copa del Mundo Rusia 2018.
“Hemos hecho un primer tiempo muy correcto en donde fuimos controladores del partido desde lo físico, lo táctico y lo futbolísitico. Tuvimos la claridad que se debe tener para culminar la primera etapa con una ventaja de dos goles que pudo haber sido mayor”, expresó. “Fueron 45 minutos muy bien jugados, tuvimos una muy buena lectura de lo que era este gran rival y lo superamos. En el segundo tiempo, hicimos algunos ajustes que nos cambiaron todo al recibir un gol tan temprano, fue un golpe anímico del cual nos costó levantarnos y que les dio a ellos un envión para buscar la remontada”, acotó. Por otra parte, Dudamel, hizo énfasis en los méritos que tuvo el cuadro comandado por Ricardo Gareca, para revertir la situación en la que se encontraban.
“El haber terminado con el empate a dos goles, después de un primer tiempo de alto nivel, no quiere decir que todo haya sido errores de Venezuela durante la segunda mitad, ni tampoco podemos desmeritar la calidad ni virtudes de este rival que llegó al país a disputar una final”, opinó.
Buenas sensaciones
-Armando Naranjo-