Insinuar que la oposición es apátrida por solicitar una “intervención extranjera”, es como señalar de apátridas a quienes comen suculentos platos en Miraflores y los ministerios y no hacen nada o poco por la gente que come en la basura
Uno no sabe si algunos opinadores de oficio son defensores del Gobierno o defensores del pueblo. Que Leopoldo Puchi cuestione que la invocación de la Carta Democrática Interamericana se pueda convertir en un serio obstáculo para la alternancia del poder, es validar el hecho de que esos mismos opositores soliciten un adelanto de las elecciones presidenciales por la conducción errática de la economía, la destrucción del aparato productivo nacional, la confiscación por métodos ilegales del Referendo Revocatorio (lo suspendieron en base al pronunciamiento de tribunales penales y de primera instancia y no se han dado a conocer los resultados de las investigaciones sobre las irregularidades argumentadas), el retraso de las elecciones regionales (incluyendo los lapsos de la validación de los partidos políticos), el nombramiento de rectores del Consejo Nacional Electoral por parte de un Tribunal Supremo de Justicia nombrado justo cuando era inevitable la pérdida del Parlamento en las urnas de las elecciones del 2015, la inahiblitación de la Asamblea Nacional por una presunción sin investigación ni sentencia por parte del máximo tribunal de justicia y la cada vez más pronunciada cantidad de gente comiendo de la basura en las calles, entre muchísimas razones que existirían para solicitar una renovación de poderes. ¿Qué tal con lo que sucedió con los infantes homicidas de Sábana Grande? ¿El Estado no tiene nada qué ver con eso?
El llamado de patriotismo de Puchi suena interesado. Eso de insinuar que la oposición es apátrida por solicitar una “intervención extranjera”, es como señalar de apátridas a quienes comen suculentos platos en Miraflores y los ministerios y no hacen nada o poco por la gente que come en la basura.
Vivimos en tiempos de etiquetas que sirven para colocar a la gente de un lado o de otro, y le sirven a algunos para emitir sus opiniones interesadas. Habría que ver qué propone Puchi para que se resuelvan las cosas de aquí al 2019, ya que lo más importante para su raciocinio es la alternancia del poder.
Son tiempos de etiquetas y de apoyos vergonzosos, como periódicos del pueblo que abren su primera página con letras a 100 puntos anunciando una reunión del Psuv para organizar una «contraofensiva», como si fuera un órgano comunicador de esa organización política, y llenan sus páginas internas solo con informaciones del Gobierno, sin tocar muchas de las realidades que vive la gente en la calle.
También es hora de la vergüenza por conductas que privilegian el interés personal antes que el de la gente: Puchi enfocando sus esfuerzos para que la alternancia se haga -si se da- en 2018, mientras la gente ve crecer sus problemas día a día.
“¿Pueden gobernar al país quienes son favorables a una intervención?”, se pregunta el opinador mencionado. Pero esa pregunta puede generar otra inquietud similar: “¿Pueden seguir gobernando quienes ven gente comiendo en la basura, han llevado a los hospitales a una situación crítica, y hacen poco para combatir las costantes alzas en el costo de la comida..?”
El interés de Puchi pareciera estar enfocado en justificar el gobierno del presidente Nicolás Maduro. Y no es el único. Opinadores como Eleazar Díaz Rangel y José Vicente Rangel, por nombrar dos de los más reputados, tienen rato que no se ocupan en analizar los problemas del pueblo, mientras dedican todos sus esfuerzos a defender a un Presidente que cuando va a inaugurar un centro de genética se topa con una señora que le dice que se encuentra allí pidiendo ayuda porque sus hijos no comen bien y están desnutridos. Son expertos en opinar sobre las actuaciones de la oposición, expertos en analizar a la oposición, pero para nada expertos en mostrar un poco de solidaridad con la gente que hace colas, que no consigue medicinas, que no puede comprar pan todos los días como lo hacía antes.
Pareciera que para estos señores es más grave la aplicación de la Carta Democrática Interamericana, que la gente que come de la basura en la calle; se baten a duelo por Nicolás Maduro y no por el común de la gente.
M.D. Quintero Rey
mdquinteror@gmail.com