La multiplicación de la información, como consecuencia del cada vez mayor acceso a la tecnología y a los medios digitales de comunicación, ha complejizado el panorama informativo a la hora de establecer prioridades noticiosas
Incluso para quienes hemos decidido formarnos y dedicarnos al campo de las relaciones internacionales, resulta un verdadero desafío seguir la coherencia del mundo frente a tantos escenarios y realidades cambiantes.
La multiplicación de la información, como consecuencia del cada vez mayor acceso a la tecnología y a los medios digitales de comunicación, ha complejizado el panorama informativo a la hora de establecer prioridades noticiosas. Hasta hace apenas década y media, la aplicación de los principios de la Escuela Realista de las relaciones internacionales sugería estudiar todo bajo el prisma del interés nacional de un determinado Estado, lo cual facilitaba mucho la caracterización de los movimientos hegemónicos y contrahegemónicos en la arena mundial. Hoy resulta casi imposible limitarse a este enfoque, por la enorme cantidad de actores privados e intereses transnacionales que superan la acción de los Estados.
En la actualidad, por ejemplo, no resulta evidente encontrar una sola línea de explicación para las políticas antisistémicas de Donald Trump, el Brexit impulsado por Gran Bretaña, las desastrosas inundaciones en Perú o la convocatoria a una sesión de la OEA para abordar el tema Venezuela. Sin embargo, el conocimiento de los modos históricos de producción y las contradicciones socioeconómicas que generan para el planeta, son una buena guía para ayudar a entrelazar todos estos hechos y tejer una relación coherente entre ellos.
De esta forma, conscientes de que el capitalismo sigue dominando económicamente, entenderemos que Trump está creando las condiciones para que las empresas ganen más dinero, aunque eso represente un inmenso precio para la naturaleza al suspender las restricciones a las emisiones contaminantes, lo que acelera y profundiza el cambio climático causante de las inundaciones peruanas. Asimismo, el Brexit será entendido como un paso para evitar que las prácticas sociales de la Unión Europea, como la migratoria, supongan retrocesos económicos para la city, deseosa de incrementar el liberalismo que ha pregonado desde hace siglos. Finalmente, la convocatoria a la sesión de la OEA, a pesar de contravenir las normas de la organización, será una excusa para continuar desprestigiando a Venezuela, cuyo gobierno ha sido justamente una de las voces más críticas del sistema actual.
En conclusión, no por complejo el mundo sigue siendo menos comprensible. El reto es escudriñar la complejidad para no caer en la trampa de la desinformación y comprometerse, ojalá, con un modelo humanista que sea menos depredador.
Hector Constant Rosales
Profesor de la Escuela de Estudios Internacionales
FACES-UCV.