El próximo domingo como inicio de la Semana Santa, se celebrará el Domingo de Ramos en recuerdo a la entrada triunfal de Jesucristo a Jerusalén, hecho que podemos leer en todos los evangelios de la Biblia, pero vamos a tomar lo que dice el evangelio de Juan, capítulo 12, versículos 12 y 13: “El siguiente día grandes multitudes que habían venido a la fiesta al oír que Jesús venía a Jerusalén, tomaron ramas y clamaban ¿Hosanna, Bendito el que viene en nombre del Señor, el Rey de Israel!”.
Sin embargo, serían estas misma personas que lo aclamaban, quienes días después gritaría “crucifícale”; ya que prefirieron dejar en libertad a un asesino y condenar al Hijo de Dios a la muerte en la cruz, llevados por la ceguera espiritual.
Ellos querían un rey que los defendiera de la esclavitud política y rechazaron a quien venía a libertarlos de la esclavitud espiritual y a restaurar la relación del ser humano con el Padre Santo, que se rompió por el pecado de Adán y Eva.
Lamentablemente aún en estos tiempos, muchas personas rechazan el mensaje de Cristo y aunque pregonan que creen en Dios, no quieren recibir las buenas nuevas de su evangelio ni el regalo de la salvación, que fue el producto de su sacrificio en la cruz.
Por eso es importante recordar estas palabras de las Santas Escrituras: “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”, Lucas 19:10.
“Así que si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”, Juan 8:36.
No sigamos actuando como aquellas personas que hace más de dos mil años alabaron a Jesucristo y luego le dieron la espalda.
El cristianismo no es una religión, es entregar nuestra vida a Jesucristo y aceptarlo como nuestro Señor y Salvador.
Dios te bendiga y te guarde. Hasta el próximo encuentro con La Palabra de Dios.
Lic. Beatriz Martínez (CNP 988) beaperiodista@hotmail.com