Un adiós muy sentido en la Iglesia de Caucagua despidió al joven sacerdote barloventeño quien murió en un accidente de tránsito
Monseñor Gustavo García Naranjo, obispo de la Diócesis de Guarenas, junto al obispo de La Guaira, monseñor Raúl Biord Castillo, presidió la misa exequial para despedir al padre Arnaldo Sarabia, quien falleció después de sufrir un accidente de tránsito el pasado 5 de abril, en la Troncal 9, sector Caño Méndez, en el kilómetro 3 en ruta hacia su natal ciudad de Caucagua.
La misa se realizó en la iglesia “Nuestra Señora de la Encarnación” de Caucagua, la cual quedó pequeña para acoger a la feligresía que conoció al padre Arnaldo. “Aquí ustedes le vieron crecer, jugar, correr y compartir”, dijo monseñor Gustavo García Naranjo. “Aquí también nació su vocación sacerdotal y su compromiso cristiano”, agregó.
La homilía fue realizada por monseñor Biord Castillo, quien recordó la formación que Arnaldo recibió en el Seminario de la Diócesis de la Guaira. “El Padre Arnaldo no sabía que desde Cúpira estaba pidiendo una cola para irse al cielo”, dijo de entrada.
“Pudiéramos decir: ¿Señor, por qué te llevaste a un joven sacerdote? La verdad no lo sabemos, pero el testimonio de vida de Arnaldo es el que nos indicará el camino que debemos seguir que fue el camino de fe cristiana, ése camino que él vivió intensamente”, sostuvo el obispo de La Guaira.
“¿Cuántos jóvenes van a seguir el testimonio del padre Arnaldo?”, preguntó a la asamblea el prelado guaireño. “Tal vez dos, tres o más, seguramente”, respondió, motivando “a recordar al sacerdote como un hombre dinámico y de trabajo, vinculado a las comunidades, especialmente siendo amigo de los más necesitados”, dijo.
Las autoridades municipales hicieron entrega de la condecoración “Miguel Acevedo”, en su primera clase, post morten, al padre Arnaldo Saravia, en reconocimiento al inmenso trabajo desplegado a pesar del corto tiempo que le tocó vivir en su calidad de sacerdote.
Diversos movimientos de apostolado de la región barloventeña, niños, jóvenes, adultos, educadores y cultores de las variadas ramas culturales rindieron tributo con aplausos o sumados a cantos populares, para recordar la entrega de Arnaldo Sarabia al servicio sacerdotal, que dejará una profunda huella en la iglesia diocesana.
Bajo cantos y rezos, el cortejo con los restos del Pbro. Saravia, recorrió las calles de Caucagua juntos a sus familiares y amigos hasta el cementerio municipal para su descanso eterno.
Especial Ramón A. Pérez