Un hombre de 32 años falleció la madrugada del jueves luego de ser herido de bala en una manifestación contra el presidente Nicolás Maduro el martes pasado, convirtiéndose en la quinta víctima en estas protestas que comenzaron el 1 de abril.
«Efectivamente murió esta madrugada en [el estado de] Lara», dijo a la AFP un funcionario de la fiscalía que pidió reservar su identidad.
Antonio Gruseny Calderón fue baleado en una protesta el pasado 11 de abril en Cabudare, ciudad vecina a Barquisimeto, capital de Lara, y hospitalizado en estado grave.
En esas mismas protestas murieron por heridas de bala un hombre de 36 años y un adolescente de 13.
La fiscalía abrió una investigación.
El caso de Calderón «ya se estaba investigando por las lesiones, ahora se agrava por la muerte», dijo el funcionario del Ministerio Público.
El diputado opositor Alfonso Marquina, que representa a Lara en el parlamento, escribió en su cuenta en Twitter: «Falleció en el HCUAMP [hospital universitario de Barquisimeto] luego de 30 horas luchando por su vida, Gruseny Antonio Calderón (Tony) otra víctima más de la dictadura».
«Mi solidaridad y condolencias para todos sus familiares y amigos, esto no puede quedar impune! #Barquisimeto#13A», añadió.
El asambleísta había atribuido el miércoles los hechos a disparos de «colectivos», grupos civiles que según la oposición están armados y sirven como fuerza de choque del oficialismo.
Además de estas tres víctimas, el 6 y el 11 de abril dos jóvenes de 19 años fallecieron baleados por policías en las afueras de Caracas y en Valencia (norte).
La oposición emprendió el 1 de abril una serie de movilizaciones, principalmente en la capital, que han derivado en batallas campales de manifestantes contra militares y policías, intercambiando gases lacrimógenos y balas de goma por piedras y botellas. Decenas de heridos y más de un centenar de arrestos se suman al saldo trágico.
Las protestas se desataron tras sentencias con las que el Tribunal Supremo de Justicia asumió las funciones del Parlamento, de amplia mayoría opositora, y retiró la inmunidad a los asambleístas. En medio de un fuerte rechazo internacional, los dictámenes fueron anulados parcialmente.
Para este jueves, la oposición convocó a pequeñas manifestaciones en cada uno de los más de 300 municipios del país, mientras prepara lo que según dice será «la mamá de todas las marchas» contra Maduro el próximo miércoles 19 de abril –que conmemora el primer grito independentista venezolano-, fecha en la que el chavismo también saldrá a la calle.
«¡Libertad!»
Lejos de aplacarse con la Semana Santa, la tensión política se extendió a la celebración religiosa.
«¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!», gritó una multitud el miércoles al finalizar la misa previa a la procesión del Nazareno de San Pablo, en el centro de la capital, oficiada por el cardenal Jorge Urosa, duro crítico del chavismo.
El coro dio paso a golpes, gritos y empujones entre chavistas y opositores dentro de la Basílica de Santa Teresa, adonde acudieron dirigentes políticos. No se reportaron lesionados.
Urosa, quien tuvo que salir escoltado por policías, había pedido en la mañana «no politizar» los actos de Semana Santa, luego de que dirigentes opositores llamaran a acudir a la procesión con la bandera venezolana.
Aunque en su sermón atribuyó el saldo de muertos, heridos y detenidos a una «represión desmedida» de los cuerpos de seguridad y a acciones de «colectivos».
El jerarca había cerrado el oficio con una plegaria para «resolver nuestros conflictos de manera pacífica y democrática», desatando aplausos.
Pero la gresca estalló mientras los fieles, muchos vestidos de púrpura para «pagar promesa» al Cristo, corrían espantados.
El Nazareno de San Pablo es una emblemática imagen de Cristo cargando la cruz, tallada en madera, que data del siglo XVII. Cada Miércoles Santo es llevado en hombros por las calles del centro de Caracas.
La crispación se manifestó igualmente en San Cristóbal (frontera con Colombia). La fachada de su catedral amaneció este miércoles con la frase «muerte a los curas» pintada en rojo, denunció la diócesis local.
Maduro, que declaró feriado toda la Semana Santa en el sector público, asegura que las protestas buscan generar violencia para darle un «golpe de Estado» y «cual anticristo, destruir la paz» de Venezuela.
AFP