En una semana crucial para el fútbol brasileño, la FIFA y los organizadores del Mundial de 2014 intentan exhibir una buena relación y dejar claro que todos trabajan a fin de que el país esté listo para ese torneo y para la Copa Confederaciones que se realizará un año antes.
La FIFA está en Brasil para terminar su inspección de las ciudades sedes, con visitas a Rio de Janeiro, Curitiba y Sao Paulo. Los dirigentes del organismo supervisarán también el sorteo del sábado para la Copa Confederaciones del próximo año.
El miércoles también hay una reunión del comité organizador local, la última prevista para este año.
Las actividades se producen en momentos difíciles. La selección brasileña se quedó sin técnico por el despido de Mano Menezes en medio de disputas internas en la federación, un miembro local del comité ejecutivo de la FIFA fue blanco de un operativo policiaco en su casa, y algunos proyectos de la Copa del Mundo fueron eliminados de la lista de obras de infraestructura planificadas por el gobierno.
En un momento en que la proximidad de los plazos resalta la magnitud de los desafíos, la FIFA y los organizadores garantizan que trabajan en forma sincronizada. «No hay problema en la relación entre la FIFA y el Comité Organizador Local», aseveró el secretario general del organismo mundial, Jerome Valcke, en el comienzo de su visita. «No tenemos problema alguno con el gobierno brasileño o con alguna de las 12 ciudades sedes. Son nuestros representantes».
La FIFA ratificó su confianza en el gobierno brasileño y en que atenderá cualquier necesidad pendiente.
El organismo rector del fútbol mundial dio a los organizadores un voto de confianza a comienzos de este mes, al aprobar la Copa Confederaciones con sus seis sedes, aun a sabiendas de que los estadios en algunas ciudades no estarán listos sino muy poco tiempo antes de que arranque ese certamen en junio.
Habitualmente, la FIFA requiere que las obras en los estadios estén concluidas por lo menos seis meses antes de una competición de esta magnitud. Esta vez, hizo una excepción con Brasil.
«Dos estadios serán entregados a mediados de abril, con mucho rezago en el cronograma, pero nuestro equipo técnico informó que todo estaba bien, y tenemos que confiar en ellos», dijo Valcke. «El gobierno ha empeñado su palabra en que las obras terminarán, y tenemos que creer en la gente».
AP