La Arquidiócesis de Caracas emitió un comunicado para rechazar lo que considera el intento de agresión al Cardenal Jorge Urosa Savino
La Arquidiócesis de Caracas, mediante una nota emanada de la Oficina de Información, indicó este lunes que “es totalmente falso que el Cardenal Jorge Urosa Savino incitara a la violencia o atacara al Gobierno en la Misa” del Nazareno de San Pablo, el pasado 12 de abril, en la Basílica Santa Teresa de Caracas, y describió como “insólita y repudiable la actuación violenta en un lugar sagrado de un grupo políticamente identificado con el Gobierno Nacional”, denunciando que “se profanó en la Semana Mayor un acto de culto religioso”.
Según el Arzobispado de Caracas, estos “hechos violentos” e “inaceptables”, nunca antes habían ocurrido en Venezuela en un templo católico. Precisan que tales actos “profanaron la celebración sagrada en honor de Nuestro Señor Jesucristo Nazareno, y fueron rechazados por los feligreses venidos de toda Caracas y de otras partes del país que se encontraban en la Basílica”.
El comunicado del Arzobispado rechazó que se haya intentado agredir al Cardenal.
«El pasado Miércoles Santo 12 de abril tuvo lugar en la Basílica de Santa Teresa un hecho insólito y repudiable: la actuación violenta en un lugar sagrado de un grupo políticamente identificado con el Gobierno Nacional, durante la celebración de una Santa Eucaristía en honor de Nuestro Señor Jesucristo Nazareno presidida por el Cardenal Jorge Urosa Savino, Arzobispo de Caracas. Más allá del intento de agresión al Cardenal, se profanó en la Semana Mayor un acto de culto religioso, profundamente arraigado en la tradición inmemorial de los católicos caraqueños y venezolanos», dice el comunicado. «Dicho grupo estaba en las afueras de la Basílica desde tempranas horas de la mañana, y aprovechó la entrada del Cardenal al templo para ingresar todos juntos, sin guardar el orden previsto por las autoridades, y se colocaron detrás del Altar Mayor. Los acompañaban algunos líderes del oficialismo en Caracas, y actuaron siguiendo un plan por sus características, probablemente establecido de antemano. Apenas iniciada la Misa y antes de la homilía del Cardenal, el grupo comenzó a corear consignas políticas, interrumpiendo con frecuencia la sagrada celebración, y perturbando el orden de la misma. Dicha conducta continuó durante toda la Misa, con el rechazo de los fieles. Al final de la Eucaristía, durante el regreso del Cardenal a la Sacristía protegido por una cadena de fieles, ese grupo comenzó a forcejear, a gritar, empujar y a querer agredir al Cardenal, quien fue conducido oportunamente a la Sacristía fuera del alcance de insultos y golpes. Luego ese grupo provocó una pelea con algunos fieles que les reclamaron su inapropiada conducta. Finalmente fueron desalojados por efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana y de la Policía Nacional».