Cada una de las muertes debe dolernos como humanos, como compatriotas, como hermanos cristianos que somos
Elías Jaua Milano
Termina abril del 2017. Como lo advertíamos al inicio de este mes, el imperio y sus agentes internos escogieron una mala fecha para intentar un nuevo derrocamiento del gobierno bolivariano. Otra vez, como en abril 2002, la victoria ha sido a favor de la paz; para la democracia participativa y protagónica; para la integridad e Independencia nacional.
Sin embargo, el saldo de la decisión tomada por el Departamento de Estado norteamericano y ejecutada por los dirigentes de la llamada Mesa de Unidad, como es derrocar al gobierno democrático y revolucionario por la vía de las armas, ha sido alto, cerca de 30 compatriotas asesinados, la casi totalidad de ellos a manos de francotiradores, pistoleros y grupos violentos de la oposición. Solo tres casos son atribuibles a las actuaciones individuales de funcionarios policiales y de inmediato han sido detenidos y puestos a la orden de la Fiscalía General de la República.
Cada una de esas muertes debe dolernos como humanos, como compatriotas, como hermanos cristianos que somos. Abril 2017 nos deja nuevos aprendizajes en el campo de la guerra de cuarta generación que estamos confrontando:
-La combinación de todas la formas de lucha.
En la mañana movilizaciones pacíficas para lavarle la cara ante el mundo a la violencia terrorista; en la tarde manifestaciones violentas (guarimbas) como respuesta a la “represión”; y en la noche bandas armadas saqueando y enfrentando a los cuerpos de seguridad con la finalidad de provocar el estallido social. Es un esquema de simulación política y provocación de la violencia que derive en un golpe de Estado o en una guerra fratricida.
-La simbología de las imágenes
Movilizaciones pacíficas llenas de simbologías religiosas, manifestantes lanzándose al río Guaire, un nudista subiéndose a un vehículo antimotines, una señora “parando” a otra de estas unidades, “dirigentes desmayados” por efecto de gases lacrimógenos, son parte de un guion perfectamente elaborado. Solo que esos guionista anglosajones no conocen la picaresca popular venezolana, que termina haciendo de estas puestas en escena una guasa, como ocurrió con los comentarios jocosos sobre el río Guaire y el “valiente nudista”.
-Construcción de falsos positivos
Se trata de tergiversar realidades para inculpar a los organismos de seguridad del Estado o a las fuerzas revolucionarias de asesinatos con la finalidad de mostrar al gobierno de Venezuela como violador de los derechos humanos.
Un ejemplo de estos fue el caso de la joven asesinada en el Táchira, donde se señaló a un grupo de motorizados chavistas y luego se comprobó que había sido un pistolero de la organización fascista Vente Venezuela, dirigida por María Corina Machado, el que había disparado contra los motorizados, impactando a la joven que transitaba por el lugar. O el caso del joven asesinado en Altamira, donde de inmediato posicionaron la matriz de que había muerto por el impacto de una bomba lacrimógena disparada por una Guardia Nacional Bolivariano y hoy todo apunta hacia algunos de los propios manifestantes.
Igualmente se construyen realidades para provocar algún desenlace violento. Así ocurrió la madrugada del viernes 21 del mes en curso, cuando se divulgó por las redes un supuesto estallido social en marcha en toda Caracas; la supuesta toma de Fuerte Tiuna (instalación militar); la activación del sistema de defensa antiaéreo del Palacio Presidencial; la renuncia del Presidente y la huida del país de los dirigentes revolucionarios. Nada era cierto, pero lograron desvelar a una buena parte de la población, logrando poner el caos en la mente de la gente.
-La generación de los llamados “lobos solitarios”
A través de la guerra psicológica instalan el miedo y el odio en la mente de hombres y mujeres, convocándolos a través de las redes a convertirse en «justicieros”, agrediendo a cualquier chavista que se encuentren en el camino. Convierten a padres y madres de familia en potenciales asesinos, tal es el caso de las personas que desde las ventanas de su apartamento, donde están sus hijos e hijas, lanzan objetos contundentes con consecuencias mortales para el “enemigo” que manifiesta a favor de la revolución, o a veces para cualquier persona que transite, ajena a la confrontación, como fue el doloroso caso de una humilde trabajadora muerta a causa del impacto en su cabeza de una botella con agua congelada, el pasado día 19, en Caracas.
-La promoción de la «guerra de perros»
El ataque al Materno Infantil en El Valle; la agresión armada a un urbanismo de la Gran Misión Vivienda Venezuela con el saldo de un adolescente muerto en el Estado Lara; la contratación de criminales asesinos; la destrucción de centros de salud y educativos; el asesinato por parte de francotiradores de militantes revolucionarios, como el caso de Mérida, y de efectivos de los cuerpos de seguridad, tienen el objetivo de activar el odio en el seno del pueblo chavista y con ello conseguir “el otro sujeto necesario” para iniciar la guerra civil.
Igual propósito persigue el afán de romper las barreras de los cuerpos de seguridad con la finalidad de llegar al centro de Caracas y producir el choque de los manifestantes opositores y chavistas con un importante saldo de muertos que dé cuenta de un “Estado fallido” que debe ser intervenido por fuerzas extranjeras.
-Destruir la Institucionalidad
Mediante halagos o campañas descalificadoras; ofertas inmorales o amenazas personales y agresiones a sus familiares se pretende el quiebre de las posiciones constitucionalistas de los mandos militares y de las cabezas de los poderes públicos, con la finalidad de producir un golpe de Estado a partir de una felonía.
Necesario es reconocer la firmeza constitucionalista y a favor de la paz del general en jefe Vladimir Padrino López y de todos los mandos militares y policiales.
De manera especial quiero reconocer el coraje con el cual el Defensor del Pueblo Tareck Williams Saab ha soportado estoicamente una de las más canallescas campañas hasta ahora desarrolladas contra funcionario alguno, con el fin de quebrar su voluntad y forzarlo a una confrontación institucional con el Tribunal Supremo de Justicia para que se termine de producir el quiebre de la corresponsabilidad entre los Poderes Públicos, dando más argumentos a la tesis intervencionista del “Estado fallido”.
El doctor Tareck William Saab ha sabido ser consecuente con su trayectoria de auténtico Defensor de los Derechos Humanos, denunciando cualquier exceso policial o militar cuando lo ha habido, atendiendo las solicitudes de los familiares de los dirigentes políticos presos por promover la violencia y actuando con responsabilidad en el ejercicio de su cargo para garantizar la independencia y la paz de la república.
Termina abril y todas estas estrategias criminales se estrellaron contra la voluntad de paz de la inmensa mayoría de los venezolanos y venezolanas; contra la serenidad en la conducción de la situación por parte del Jefe de Estado Nicolás Maduro Moros y su digna decisión de no aceptar el injerencismo de la OEA; por la movilización multitudinaria y permanente del pueblo revolucionario; por la preparación y dotación de los órganos del orden público para el control diferenciado y proporcional de todas estas formas de violencia política.
Comienza mayo, Dios mediante y la conciencia de nuestro pueblo mediante, lograremos producir un desencadenante pacífico que despeje el horizonte patrio. Amén.