La GNB lanzan bombas lacrimógenas contra una manifestación de miles de opositores que intentaban llegar al centro de Caracas, en rechazo a una Asamblea Constituyente convocada por el presidente Nicolás Maduro.
Manifestantes, muchos de ellos encapuchados, les responden con piedras y otros objetos, en choques que se registran en varios puntos del este de Caracas, en tanto que también se reportan enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y opositores en los estados Mérida y Zulia (oeste).
La oleada de protestas deja ya 36 muertos, cientos de heridos y detenidos, desde que inició hace casi 40 días, sin que hasta ahora los opositores hayan podido llegar al centro de Caracas, repelidos y dispersados por los gases.
Los opositores salieron a las calles para intentar llegar al ministerio de Educación, y explicar a su titular, Elías Jaua, jefe de una comisión presidencial que impulsa la Constituyente, las razones por las cuales se marginan del proceso.
«Para el centro de Caracas la oposición no va a marchar, no van a venir a destruir el centro de Caracas, esto es zona de paz», declaró Diosdado Cabello, uno de los principales dirigentes chavistas, en una manifestación de seguidores de Maduro convocada para contrarrestar la marcha opositora.
La MUD considera la Constituyente una «farsa», al cuestionar la propuesta de Maduro de elegir la mitad de los 500 asambleístas que reformarán la Constitución por votación de sectores que, asegura, son controlados por el gobierno, mientras sólo la otra mitad se escogerá en comicios municipales.
A juicio de los opositores, Maduro pretende eludir la exigencia de elecciones generales y hacer una Constitución a su medida para «perpetuarse en el poder».
«Perdí a mi esposo porque no conseguimos medicinas. No hay medicamentos, no hay comida. Esto no puede seguir así», aseguró Isabel Morales, de 68 años, quien se unió a la marcha tras llegar desde el popular barrio de Catia (oeste de Caracas).
Las protestas ocurren en medio del descontento popular por el colapso económico que genera una severa escasez de alimentos y medicinas, y la inflación más alta del mundo, que llegaría a 720% en 2017 según el FMI.
Más del 70% de los venezolanos, según encuestas privadas, rechaza la gestión de Maduro, cuyo mandato concluye en enero de 2019.