Colombia es el principal productor de cocaína a nivel mundial y por ello es una estupidez que los dirigentes de la ultradercha colombiana se atrevan a acusar a nuestro gobierno nacional sobre una materia donde ellos mantienen inmensas deudas con la ley
La fuerte acusación de que hay un narcoestado en Venezuela provocó uno de los momentos más agresivos del reciente debate en televisión internacional con el senador colombiano Jaime Amin y mi persona.
Ver video en YouTube – Toma tu narcogobierno https://youtu.be/bvzvTjlk-uw.
La discusión se produjo a raíz de que recientemente el presidente colombiano Juan Manuel Santos dijo que la revolución bolivariana había fracasado y que esto él se lo había advertido hace seis años al entonces Primer Mandatario venezolano Hugo Chávez. Sin duda, la inoportuna declaración de Santos es un acto contrario a la diplomacia que aconseja a los gobernantes no opinar sobre la política interna de otros países si se quiere mantener relaciones amistosas y negocios que te benefician económicamente o negociaciones de paz donde un ese país te ayuda (todos estos casos ocurren con Venezuela favoreciendo a Colombia).
En tiempos donde la OEA ha logrado una mayoría americana continental para hacerle daño a nuestra nación, la provocación e ingratitud del mandatario colombiano ha obligado a nuestro actual presidente Nicolás Maduro a reaccionar, basado en la autoridad moral que asiste a Venezuela como benefactor de Colombia. Dijo Maduro que podría revelar elementos importantes del pretendido acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y las FARC-EP que ponen en entredicho la actuación de Santos.
En este contexto, necesario es señalar que, en mi criterio, ni Santos, ni Uribe, ni la clase política gobernante en Colombia garantizan el cumplimiento de ese hipotético acuerdo (Timochencko sería mejor presidente que cualquiera de ellos); más bien luce probable que se repita la traición del gobierno colombiano contra los alzados en armas, quienes pudieran ser desarmados y posteriormente asesinados, como ya ocurrió con los exterminados dirigentes izquierdistas de la Unión Patriótica en la década de los ochenta del siglo pasado. Un genocidio semejante parece preparar Santos (con su eterno socio Uribe) y bien pueden sospecharlo muchos líderes honestos de América Latina y el mundo, cuya buena fe estaría siendo defraudada por el guerrerista Santos, quien a todas luces es un agente del imperialismo internacional.
También fue tema del mencionado debate el bendito apodo de narcoestado o narcogobierno que varios actores políticos y canales de TV extranjeros quieren imponerle a Venezuela. Es menester recordar que Colombia es el principal productor de cocaína a nivel mundial y por ello es una estupidez que los dirigentes de la ultradercha colombiana se atrevan a acusar a nuestro gobierno nacional sobre una materia donde ellos mantienen inmensas deudas con la ley.
Por último, pero no menos importante, es subrayar que mis opiniones en el debate son totalmente en contra del Gobierno narcoburgués y genocida de Colombia y no contra su inocente pueblo, que no tiene la culpa de estar bajo el dominio criminal del terrorismo de Estado. De modo que frente a intentos de dividir y poner a pelear a nuestros pueblos hermanos, ratificamos el afecto que mayoritarimente prevalece entre venezolanos y colombianos. Alrededor de seis millones de colombianos viven legal o ilegalmente en Venezuela. Eso que nadie lo olvide.
Colombianos y venezolanos, trabajemos juntos como hermanos por la paz y la convivencia armónica entre nuestros pueblos.
ÓPTICA MARXISTA / JESUS SILVA