La Constitución actual tiene un artículo, el 350, que da los lineamientos para operar democráticamente, según el exmagistrado Juan Carlos Apitz
La polémica política tiene paralizada y bastante intranquila a toda Venezuela y por eso sus ciudadanos dan sus opiniones públicamente y salen a las calles a manifestarse a favor o en contra de la convocatoria para una Asamblea Nacional Constituyente que está en marcha. Para pulsar opiniones de conocedores del tema constitucional, el diario La Voz entrevistó al profesor de la UCV, Juan Carlos Apitz.
Eternizarse en el poder
–¿Por qué o para qué este proyecto de una Asamblea Nacional Constituyente?
–Los verdaderos objetivos de esa Asamblea Nacional Constituyente que se ha propuesto el gobierno del presidente Nicolás Maduro Moros son dos: eternizarse en el poder y además constitucionalizar la represión. Cuando uno revisa los considerandos del Decreto 2830, del 1º de mayo de 2017, es fácil detectar que ellos piensan que si se quiere preservar la paz, hay que ampliar la competencia del poder judicial, porque ya en Venezuela hay una completa alteración de la estabilidad jurídica y deben combatir la impunidad. Cuando se revisa el decreto de marras, uno se da cuenta que lo que buscan es eternizarse en el poder, pero para hacerlo necesitan repotenciar la represión en Venezuela. Luego se deduce que se busca realizar un fraude constituyente, porque para “los pequeños cambios” que proponen no se necesita una Asamblea Nacional Constituyente ni hacer otra Constitución. No hay que redactar nuevos textos constitucionales ni la creación de un nuevo orden jurídico para respaldar esos nuevos textos constitucionales. Tampoco hay que transformar al actual Estado venezolano.
–¿Por qué o para que esa transformación del Estado?
–Si nosotros permitimos que en Venezuela se realice esa Asamblea Nacional Constituyente, Venezuela dejaría de ser un Estado democrático social de derechos y justicias, como lo define la actual Constitución, de 1999, para ir hacia el Estado Supremo de la Felicidad, pero todo eso es un disfraz porque lo que pretenden es instalar un Estado Comunista.
–¿Qué sería ese Estado Comunista?
–Aquel donde hay un solo partido, un partido único; un solo poder; no hay propiedad privada; los medios de producción están en manos del Estado y el Estado se funde con el Gobierno, que estará dirigido por una sola persona o dos o tres más.
–¿Qué se puede hacer o qué propone usted para evitar que eso ocurra?
–La actual Constitución dice lo que se puede hacer. Los venezolanos tenemos que luchar para darle aplicación a varios artículos, como el 350, que es el más explícito. Ya no tenemos un poder judicial imparcial, no hay un equilibrado TSJ ni tampoco un Contralor, ni un Defensor, no hay tampoco un verdadero Poder Público, ni tampoco un verdadero Poder Electoral independiente e imparcial. Ante una situación así lo que nos queda es la calle. Éste es el momento de la desobediencia civil, en el sentido de que hay hacerle resistencia al gobierno; no cooperar de ninguna manera, ni directa ni indirectamente, en esta cantinflada que es el proceso constituyente en que están ahora.
–Pero el gobierno ha invitado a los diversos sectores de la vida política pública para estudiar la eventualidad de una Asamblea Constituyente.
–Si yo fuese directivo de la MUD, para citar a un sector político reconocido, aceptaría ese diálogo; pero si estoy acompañado del pueblo venezolano, de ese que está hoy en todas las calles de Venezuela. Y estoy seguro que desde Miraflores diríamos que Venezuela no quiere otra Constitución, porque los venezolanos lo que quieren es que se cumpla ese pacto social que ya existe y que se cambien las autoridades que están vencidas, que se hagan las elecciones regionales, municipales y la presidencial, de acuerdo a los cronogramas establecidos. Eso es lo que quiere el pueblo venezolano y por eso está en la calle.
–Usted habla de un fraude constitucional, ¿pero cómo se explica eso?
–Es innecesario todo ese parapeto de una Asamblea y una nueva Constitución. Los cambios que advierten que necesitan se hacen con el sistema jurídico vigente. Cualquier cambio de esos se puede lograr sin cambiar las actuales estructuras legales del Estado.
E.A. Moreno-Uribe
emorenouribe@gmail.com