Esta convocatoria servirá para aplicar de la forma más contundente las 3R de nuestro gigante: revisión, rectificación y reimpulso
El llamado a conformar una Asamblea Nacional Constituyente hecho por el presidente Nicolás Maduro es una noticia que me llena de esperanza. Estoy convencido de que es una excelente oportunidad para impulsar un gran debate nacional, unir a los venezolanos y materializar la paz, el bienestar, desarrollo y crecimiento que todos anhelamos para nuestro país.
Esta convocatoria servirá para aplicar de la forma más contundente las 3R de nuestro gigante: revisión, rectificación y reimpulso. También sentará las bases para que se dé una verdadera participación popular, ya que busca consultar e integrar a los jóvenes, a las mujeres, la clase obrera y trabajadora, a los empresarios, a todos por igual. Es una fórmula exitosa que nos ayudará a solventar cualquier adversidad que exista en el presente.
Es importante que todos aportemos a su consolidación desde nuestros espacios y por ello debemos saber de qué se trata. Lo primero es su base legal, que está establecida en los artículos 347, 348 y 349 de la Constitución nacional. En ellos se explica que el pueblo puede convocar la Constituyente para «transformar el Estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico y redactar una nueva Constitución». Indica también que el Presidente está perfectamente facultado para tomar esta iniciativa.
Debemos conocer, además, los nueve temas que plantea: ganar la paz; impulsar un sistema económico productivo, diversificado, mixto e integrado que deje atrás el rentismo petrolero; constitucionalizar las misiones y grandes misiones creadas por el Comandante, entre ellas la vivienda, la educación y la salud, dejando establecidas las obligaciones de la inversión social en el ingreso y el presupuesto nacional.
También busca potenciar el funcionamiento del sistema de justicia y seguridad; impulsar las nuevas formas de la democracia participativa, protagónica y directa (constitucionalizando los Clap, consejos comunales y las comunas); promover la política exterior soberana de defensa de nuestra integridad; estimular la identidad cultural; decretar los derechos sociales, culturales, educativos, laborales y tecnológicos de la juventud; y por el último, el cambio climático. Son cambios trascendentales para nuestro presente y futuro.
Cierro aprovechando estas líneas para expresar un enérgico rechazo a la violencia en todas sus expresiones. Cualquier diferencia debe dirimirse con diálogo, en democracia, con elecciones. Basta de violencia. Valoremos la vida humana. Les pido que analicen con calma el tema de hoy y se sumen a esta iniciativa por la paz de Venezuela. Un abrazo.
Dante Rivas
aporrea.org