Las actualizaciones de peso que acostumbran a montar las escuderías en al GP de España ha dejado claro que Mercedes y Ferrari continuarán jugando una liga inalcanzable para sus rivales, incluso Red Bull, que también se presentó en Barcelona con un buen paquete de mejoras, pero a la hora la verdad su único coche en carrera a punto estuvo de ser doblado.
El deseo de acabar en Barcelona con los dos coches se truncó en el momento en el que el compañero de Alonso se topó con Felipe Massa y debió abandonar. De haber acabado, hubiese sido la primera vez que McLaren, la única escudería sin puntos aún, hubiese visto sus dos coches entrar tras la bandera a cuadros.
La noticia que ha podido generar algo de ánimo en la escudería británica ha sido tanto la clasificación de Alonso para la Q3 el sábado, la primera vez que un McLaren lo hace esta temporada, como que el piloto español no debió apearse del coche antes de tiempo en la carrera. Para la próxima prueba Alonso no estará, ya que esta semana y la siguiente preparará su coche para competir en las 500 millas de Indianápolis, por lo que no correrá en Mónaco (le sustituirá Jenson Button).
Sí que estará para la carrera del 11 de junio en el GP de Canadá (circuito de Gilles Villeneuve), pero aún se desconoce si para esa fecha McLaren tendrá a punto una de las grandes actualizaciones que se espera del motor Honda.
El español no se ha ido por las ramas a la hora de anunciar que si la escudería no le garantiza un coche ganador para el último tramo de este curso se irá a otro equipo. Así, el futuro de Alonso ha estado muy presente en muchas conferencias de prensa este fin de semana en Montmeló.
Por otra parte, ha quedado claro que las tandas de clasificación para el madrileño Carlos Sainz (Toro Rosso) no son su fuerte, en relación a sus más que destacadas actuaciones en carrera. Ayer volvió a plasmar este contraste, y acabó séptimo, igualando la actuación de China y firmando una cuarta carrera de cinco disputadas entre los puntos.