El deporte venezolano alza su voz. Desde Miguel Cabrera hasta Juan Arango, pasando por Tomás Rincón, Salomón Rondón y Francisco Cervelli, pidieron un cese a la violencia en el país
«¡Qué dolor tan grande. Descansa en paz, Miguel!», se lamentó el futbolista internacional venezolano Fernando Aristeguieta tras el asesinato de un viejo amigo en una multitudinaria marcha opositora en Caracas.
La muerte del joven periodista Miguel Castillo, de la que se responsabilizaron mutuamente gobierno y oposición, elevó el número de fallecidos durante las manifestaciones iniciadas hace seis semanas contra el presidente Nicolás Maduro, por lo cual figuras del deporte venezolano alzaron su voz contra esta espiral de violencia.
Minutos de silencio en partidos de fútbol, goles dedicados a las víctimas, estrellas del beisbol de Grandes Ligas denunciando «represión». Los gestos se multiplican.
«Miguel era dos años mayor que yo. Era uno de esos chamos que conoce todo el mundo en el colegio. Siempre andaba echando bromas», comentó a la AFP Aristeguieta, delantero de 25 años del Nacional de Madeira portugués.
Ambos estudiaron en el colegio San Ignacio de Loyola y compartían afición por el Caracas FC.
Coincidieron como hinchas en los partidos del equipo, donde Aristeguieta debutó como profesional y, en 2010 ganó su primer campeonato. El día del título, Miguel saltó a la cancha para ponerle una franela del Loyola, entre una multitud.
Precisamente, el Caracas se sumó recientemente a los homenajes a las víctimas, al guardar un minuto de silencio que no estaba autorizado por la Conmebol, durante un partido de la Copa Sudamericana.
¿Hasta cuándo? Venezuela no se merece esto. ¡Basta ya!», dijo Aristeguieta en un video.
«SOS Venezuela»
Miguel Cabrera, grandeliga de los Tigres de Detroit y la mayor estrella del deporte venezolano, también explotó. «Ellos pelean por comida, por medicinas, por una mejor vida. Alguien tiene que ponerse en pie y decir: ‘¡Basta ya! ¡Se acabó!», expresó en un mensaje publicado por la web La Vida Baseball.
Hace dos domingos, en un juego entre los Cerveceros de Milwaukee y los Piratas de Pittsburgh, los venezolanos Francisco Cervelli, Orlando Arcia y Hernán Pérez usaron tiras antirreflejo en los pómulos con el mensaje «SOS Venezuela».
«No queremos ver más sangre correr. No más represión despiadada», dijo el expelotero Omar Vizquel, leyenda viva del deporte venezolano.
Futbolistas de élite como Tomás Rincón, Salomón Rondón o Juan Arango no son ajenos al clamor.
«¡No más represión!», pidió Rincón, capitán de la selección venezolana y jugador de la Juventus de Turín, hace unos días.
Tras la clasificación de la Juve a la final de la Liga de Campeones de Europa, que disputará contra el Real Madrid, ofreció ese logro a sus compatriotas «en medio de tanta tristeza, indignación e impotencia».
El pasado fin de semana, Rondón rompió meses de sequía al marcar su primer gol de 2017 con el West Bromwich inglés. Hizo una dedicatoria especial: «A mi gente, a mi país, a los caídos y a los luchadores… A los que cada día están en mi corazón».
Por su parte, Arango anunció que usará una cinta de capitán con los colores del tricolor venezolano y el mensaje «No+Violencia» en los próximos partidos del Zulia FC en el campeonato local.
Minuto de silencio
Hace unas tres semanas sonaba el pitazo inicial del partido Deportivo Lara-Deportivo Anzoátegui en el fútbol venezolano, dando inicio a las acciones, pero el balón no rodó.
Los 22 jugadores se quedaron de pie sobre el césped para guardar un minuto de silencio, que no había sido autorizado por la Federación local.
«La conciencia plantea una cuestión: ¿es justo? Y llega entonces un momento en que uno debe posicionarse, porque su conciencia le dice que es justo», escribió en Twitter Ricardo Andreutti, uno de esos futbolistas, citando a Martin Luther King.
El homenaje se replicó en otros encuentros y en la siguiente jornada se extendió a todos los partidos, ya con aval federativo.
Los basquetbolistas tampoco han quedado al margen: en la Liga Profesional de Baloncesto ha habido minutos de silencio en memoria de las víctimas.
Mientras, en el centro del tabloncillo del israelí Maccabi Haifa, su club, el base Grégory Vargas lució un brazalete negro y extendió una bandera venezolana, acompañado de su familia. «Basta», clamó el bicampeón sudamericano y campeón panamericano con la selección vinotinto.
«Yo soy opositor. Porque me opongo al hambre, a la falta de medicinas, me opongo a la inseguridad, al irrespeto, a creer que la ideología que tú crees es la única que existe y la correcta… No es así. Me opongo también al conformismo y a la falta de educación. Me opongo a que en mi país te encuentres con más armas que bates de beisbol…»
Francisco Cervelli
Esteban Rojas / AFP