Con velas, linternas o con la luz de sus teléfonos celulares, miles de opositores se reunieron este miércoles en la noche de Caracas para honrar a los 43 fallecidos en siete semanas de protestas contra el gobierno de Nicolás Maduro.
Los manifestantes, entre ellos dirigentes políticos, estudiantes, religiosos, artistas, empresarios y amas de casa, encendieron un «globo del deseo» por cada uno de los fallecidos en el marco de las manifestaciones, tanto opositores como chavistas.
«Vine por los muchachos que han caído deseando un país mejor. Me da miedo, por supuesto, es de noche y es peligroso, pero más fuerte es el compromiso con mi país», dijo a la AFP Marina Herrera, jubilada de 68 años.
Caracas es una de las ciudades más peligrosas del mundo, con 21.752 homicidios registrados por la Fiscalía en 2016, una tasa de 70,1 por cada 100.000 habitantes, ocho veces mayor al promedio mundial.
La cifra incluso es mayor según la ONG Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), que estima en 28.479 las muertes violentas ocurridas el año pasado.
«Cada vida es sagrada», decía el cartel de una mujer. A su lado, un hombre solitario y cabizbajo llevaba otro que rezaba: «Esta es la dictadura que soñaron (Hugo) Chávez y Fidel (Castro)», los fallecidos líderes venezolano y cubano.
«Si quieren honrar a quienes murieron, tenemos que seguir en las calles. Esto apenas comienza», afirmó desde un camión que hacía de tarima el diputado opositor Carlos Paparoni, en la avenida Francisco de Miranda (este).
La oposición convocó a una marcha para rechazar la «represión» el jueves, hacia el ministerio de Interior y Justicia, en el centro de Caracas, adonde las fuerzas de seguridad, con gases lacrimógenos y camiones antimotines, le ha impedido hasta ahora llegar.
Las protestas contra Maduro, que iniciaron el 1 de abril para exigir elecciones generales, también dejan centenares de heridos y detenidos, 159 de ellos encarcelados por orden de tribunales militares, según la ONG Foro Penal.
Desde otra concentración en el oeste de Caracas, Freddy Guevara, vicepresidente del Parlamento de mayoría opositora, aseguró que tras siete semanas de protestas «la dictadura está cediendo» y el cambio de gobierno se acerca.
«Quienes sostienen al dictador se están resquebrajando, hay un malestar creciente en las fuerzas militares y en las filas del gobierno», aseveró.
«El objetivo de esta noche es que la luz venza a la oscuridad», dijo a los manifestantes un sacerdote que cerró la reunión con oraciones.
La mayoría se retiró luego de la ceremonia, aunque un pequeño grupo de manifestantes, varios encapuchados, se quedó en el acomodado barrio de Altamira (este), donde suelen enfrentarse a las fuerzas de seguridad.
Maduro, quien ordenó este miércoles la militarización del convulsionado estado Táchira (oeste), calificó el martes a esta protesta como de «simbología fascista».
AFP