Belén Arteaga, jefa del Servicio de Nefrología del Hospital J.M. de los Ríos, confirmó la paralización de los programas de trasplantes y de la terapia peritoneal
Padres y representantes del Hospital J.M. de los Ríos cerraron este jueves la avenida Vollmer de San Bernardino, en Caracas, para protestar por la suspensión de los programa de diálisis peritoneal y de trasplante de riñón.
El primero de ellos, un plan sustitutivo de la función renal en pacientes con riñones impedidos; el otro, una política de Estado, fundada en los protocolos de atención de la Organización Mundial de la Salud (OMS), sobre la cual reposa la esperanza de vida de niños, jóvenes y adultos crónicos que sueñan con abandonar las terapias de diálisis.
Belén Arteaga, jefa del Servicio de Nefrología del Hospital J.M. de los Ríos, dijo que lo que hasta hace unos días había sido un rumor, le fue confirmado a través de sendos comunicados enviados por la Fundación Venezolana de Donaciones y Trasplante de Órganos, Tejidos y Células (Fundavene), responsable de la procura de órganos, y la empresa Medical Care, la compañía encargada proveer las soluciones para la diálisis peritoneal.
El escenario ocurre en un país donde más de 15 mil personas están sometidas a tratamientos de diálisis, de las cuales cerca de 7.500 podrían optar por un riñón, según Codevida. Los especialistas reiteran que es necesario hacer valer la Ley de Trasplante que, entre otros aspectos, vela por la procura de órganos.
“Hoy protestamos porque no tenemos insumos para atender a nuestros pacientes, porque nos suspendieron el programa de trasplante, de diálisis peritoneal”, dijo Arteaga, quien ha estado al frente de un servicio cuyo mayor problema había sido la contaminación por una pseudomona, que cobró la vida de 13 niños de la Unidad de Hemodiálisis.
La coyuntura aviva aún más la crisis por el desabastecimiento de insumos básicos requeridos para salvaguardar la vida de pacientes comprometidos. En torno a la consecuencia, Arteaga señala que la suspensión de la diálisis peritoneal obliga a muchos pacientes a incorporarse al único tratamiento alternativo: las terapias de hemodiálisis.
Pero las unidades hospitalarias lidian con un déficit de cupos e insumos. Los más afectados son los niños, pues en Venezuela solo el J.M. de los Ríos está en capacidad de practicar hemodiálisis a infantes menores de 10 kilogramos.
“En Caracas no tenemos tantos pacientes en diálisis peritoneal. Desde el J.M. de los Ríos manejamos alrededor de 30, la mayoría del interior, lo que los obligaría trasladarse a la ciudad para iniciar hemodiálisis y no tenemos capacidad para atenderlos”, dijo.
De acuerdo con la Organización Nacional de Trasplante de Venezuela, responsable de la procura de órgano hasta 2014, en 2012, el mejor de sus años, la tasa de donantes efectivos en el país era de 4,52 por millón de habitantes. Y en 2013 fue de 3,5.
Se trata de una cifra que ha estado en ascenso desde que el Gobierno les quitó las competencias en 2014 con la creación de la Fundación Venezolana de Donaciones y Trasplantes de Órganos, Tejido y Células (Fundavene).
Con 54 procuras, en 2014 la tasa de donantes fue de 1,77 por cada millón de habitantes. Mientras que 2015 cerró con 1,73 órganos, siendo 7 el promedio de la región. De 2016 no se tienen cifras.
A más de cuatro años de la promulgación de la Ley sobre Donación y Trasplante de Órganos, Tejidos y Células, solo 40 % del instrumento legal ha sido aplicado, según lo dio a conocer Ibrahim Velutini Sosa, miembro de la ONTV. A juicio de los pacientes, es poco lo que se ha avanzado en el área.
No está cerrado
Carlos Rotondaro, presidente del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (Ivss) aseguró que «el programa de diálisis peritoneal no se encuentra cerrado».
La información fue dada a través de su cuenta en Twitter, luego que se denunciara que dicho programa sería suspendido en el país debido a que supuestamente el Estado no tenía los recursos para garantizar los inmunos supresores y otros medicamentos necesarios para los pacientes.