El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, oficializó este lunes su solicitud de referendo para la Carta Magna que surja de la Asamblea Constituyente, sin lograr desactivar las protestas de la oposición, de nuevo dispersadas por las fuerzas de seguridad.
Militares enfrentaron con gases lacrimógenos a pequeños grupos de opositores que se concentraron en varios puntos de Caracas para sumarse a un plantón en la autopista Francisco Fajardo, en el este, donde hubo disturbios en los que los diputados Miguel Pizarro y Juan Requesens denunciaron haber sido golpeados.
«Una guardia nacional golpeó a mi compañero (…) y a mí me lanzaron por esa alcantarilla. Los guardias se volvieron locos», dijo enfadado Requesens.
Las manifestaciones, que dejan 65 muertos y más de un millar de heridos desde que estallaron el 1 de abril, exigen la salida del poder de Maduro mediante elecciones generales y rechazan la Constituyente, en medio de una grave crisis económica.
«Todos tenemos las mismas penurias, hambre de alimentos, medicinas y justicia», declaró una manifestante en El Paraíso, oeste de Caracas, donde hubo fuertes disturbios.
Venezuela, que sufre el desplome de los precios del petróleo -fuente de 96% de sus divisas-, vive una escasez crónica de alimentos y medicinas y una inflación que podría llegar a 720% en 2017, según el FMI.