Tómate tu tiempo para entender porqué terminó la relación y curarte emocionalmente para, de modo sano, poder iniciar otro vínculo que prometa un mejor desenlace
Olvidar un amor sí se puede. Solamente que después de un tiempo de convivencia, en que, de veraz, se ha amado, o por lo menos se cree que hubo amor del bueno, porque, a veces, se trata de ilusiones pasajeras que se transforman en desilusiones permanentes, una separación definitiva duele, pues se hace cuesta arriba reponerse tan pronto como se quiere porque superar un duelo tiene su tiempo para drenar el dolor y entender por qué esa relación acabó.
Asimismo, podemos pasar por algunas manifestaciones como un padecimiento en el corazón, una sensación de vacío en el estómago y una pesadez particular que tienen un final aunque se nos nuble la mente creyendo que esa tristeza y sufrimiento son para siempre pero, en definitiva, se trata de un estado que, más temprano que tarde, concluirá.
1. Cada uno tiene su tiempo para olvidar
Se necesita algo de tiempo para entender que una relación acabó, y desenlazar lo que con aquella persona se hacía, incluso la intimidad sexual cuando en un hábito se convierte del que algunos les cuesta desligarse con facilidad, mientras que otros, en cambio, se desvinculan de la práctica sexual cuando la relación empieza a andar mal, ya que la sexualidad es el termómetro que nos puede decir cómo va esa relación aunque, con el tiempo, el sexo puede disminuir para dar paso a valores como el amor sereno, la confianza y solidaridad.
Asimismo, el lapso de tiempo para asimilar que una relación llegó a su final varía, depende de cuán rápido se procese la experiencia como de cuánto se haya amado también. Hay algunos que necesitan poco para curarse de una vez por todas, quizá un par de meses nada más, o hasta menos, debido a que aparece otro amor en su camino que los hace olvidar a quien con ellos compartió. No obstante, también los hay quienes más tiempo requieren, un año por lo menos, y hasta más, cada experiencia es única, para cerrar sus heridas y seguir adelante, sin traumas o resentimientos ni miedo a otro fracaso que los llene de decepción y tristeza.
Por consiguiente, no todo el mundo dice adiós tan rápido como puede. Algunos necesitan más esfuerzo que otros para asumir que esa relación amorosa terminó totalmente y tomar un camino diferente aprendiendo tanto de lo malo como de lo bueno de esa experiencia vivida mientras ellos se abren a la posibilidad de otro vínculo sentimental con mayores probabilidades de consolidarse en un futuro.
2. Cada quien con su forma de despedirse
Decir adiós, a veces, no es tan fácil como algunos piensan, porque entender que una relación acabó se puede tornar una ardua tarea para algunos, por lo menos, en un primer momento, mientras se supera el miedo a la soledad y a empezar de nuevo. Esto es con lo que se lucha más porque después de una ruptura se siente que se ha malgastado mucha energía.
A pesar de lo ya dicho, cuando llega la calma y se abre paso a la razón porque se ha superado el duelo, gracias a que los sentimientos están en paz, se termina por asumir que es mejor que cada uno se haya ido por su lado, para intentar retomar el camino hacia la felicidad, porque, en ocasiones, es mejor decir adiós que seguir con un vínculo que nos genera más frustraciones que alegrías.
Asimismo, cuando estamos en una etapa en que la depresión es una de las principales manifestaciones, debemos entender que es un período transitorio, y que es natural sentir esas emociones cuando se ha compartido un tiempo con el ser amado pero uno de los dos tomó la decisión de decir adiós. No obstante, ese estado en que sentimos que perdemos el rumbo tiene sus días contados. Sólo es cuestión de esperar un poco a que la tormenta pase.
3. Para que decir adiós no te duela tanto
Una vez que dijimos o nos dijeron adiós necesitamos un tiempo para entender lo que pasó, para entender también que esa persona ya no está con nosotros y el porqué de su ausencia en nuestras vidas.
De igual modo, escapar del dolor no nos ayuda mientras que enfrentarlo sí lo hace como dejar un lapso de tiempo para permitir que las heridas se cicatricen porque como todo duelo se supera por etapas que van de un dolor intenso a la comprensión de que ese vínculo llegó a su final porque terminó su ciclo de vida o no prosperó por muchas razones.
Asimismo, pensar en lo que tenemos, como el cariño de la familia y de los amigos, una profesión que podemos ejercer, en fin, todo eso compensa la pérdida de quien ya no está en nuestras vidas. Valorar lo que poseemos nos permite superar más rápido la depresión que nos acompañará en un primer momento, porque una vez que entendamos que es mejor la separación que un sentimiento de frustración que nos acompañe de por vida –es decir cuando llegue la sensatez-, la paz y bienestar también de la mano vendrán.
Aparte de lo anterior, ayuda buscar el apoyo de personas que te escuchen y entiendan por lo que está pasando aunque, de igual forma, necesitarás momentos de soledad para poner tus emociones e ideas en orden y retomar las riendas de tu vida con buen ánimo.
Igualmente, buscar una nueva actividad como aquello que siempre hemos querido hacer: aprender un idioma; tomar un curso de especialización; o practicar un deporte, y que por alguna razón no hemos hecho, te obligará a concentrarte en algo distinto y evitará que te acuerdes del que ya no está en tu vida, al igual que entenderás que por lo que estás pasando tiene su final como cuando aparece el sol radiante después de un pesado día de lluvia.
Sí es posible olvidar ese amor
• Tómate tu tiempo para entender porqué terminó la relación y curarte emocionalmente para, de modo sano, poder iniciar otro vínculo que prometa un mejor desenlace.
• Prueba realizar una actividad diferente en la que fijes tu atención para superar más rápido la ruptura de una unión que se acabó porque su ciclo de vida llegó a su final.
• De igual modo, busca compartir con tus amigos, salir, ver gente nueva para entender que la vida no se resume en esa relación de culminó sino en un sin fin de oportunidades para reír, crecer y aprender.
La Voz de la mujer
Isabel Rivero De Armas
8 isabelrivero70@hotmail.com