El gigantesco incendio declarado en la noche del martes en un edificio de viviendas sociales de Londres causó al menos seis muertos y sumaba el miércoles críticas de los residentes por la gestión deficiente del inmueble.
Más de 74 personas fueron hospitalizadas, de las cuales 20 estaban en estado crítico, y numerosas están desaparecidas, por lo que el balance podría agravarse. Comienza «una operación de búsqueda compleja sobre varios días», dijo el jefe de la policía metropolitana, Stuart Cundy.
Sobrevivientes de la tragedia dijeron haber visto a gente cayendo o saltando desde la torre residencial de 120 departamentos y 24 pisos.
Otros testigos vieron cómo la gente dejaba caer a sus hijos desde las ventanas para intentar, en un gesto desesperado, salvarlos.
«Escuché gritos por todos lados y vi gente saltar desde las ventanas. Las llamas devoraban la torre. Era un horror», contó a la AFP Khadejah Miller que vive en un edificio aledaño y que fue evacuado por precaución.
El miércoles hacia el mediodía la torre Grenfell, construida en 1974, estaba completamente calcinada. Varias horas después de comenzado el incendio aún se podían ver llamas en el edificio.
La jefa del departamento de bomberos de Londres, Dany Cotton, descartó la posibilidad de que se derrumbe y precisó que un equipo de ingenieros inspeccionaba las fundaciones.
‘Sin sorpresa’
Aún se desconocen las causas del incendio. Pero las críticas comenzaron a escucharse entre los residentes que denuncian la insuficiencia de la empresa responsable de la gestión del edificio y de las autoridades locales.
Un «90% de los residentes firmaron a fines de 2015 una petición quejándose por la mala gestión de la empresa responsable del mantenimiento del edificio. El administrador me amenazó personalmente», lamentó David Collins, presidente de la asociación de residentes de la torre hasta octubre pasado.
«Escuché que algunas alarmas de incendio no funcionaron, no me sorprende. Estoy consternado, mortificado, pero no sorprendido», agregó, interrogado por AFP.
David Collins también señaló la responsabilidad de Borough (municipalidad) del barrio de Kensington y Chelsea. «Les informamos de nuestras preocupaciones y pedimos una investigación independiente pero no nos escucharon», lamentó.
Según documentos difundidos en internet un colectivo de residentes se había quejado en varias ocasiones estos últimos años del estado del edificio y de los posibles riesgos de incendio.
«Nadie quiso hacer caso a todas nuestras advertencias, una catástrofe como ésta era inevitable», publicó en su blog el Grupo de Acción de Grenfgell luego de la catástrofe.
Nana Akuffo, habitante de una torre vecina, estimó que esos problemas «se habrían solucionado» si se tratase del barrio chic de Knightsbridge.
Según varios residentes los trabajos de renovación del año pasado podrían haber favorecido la propagación del fuego, extremadamente rápida.
‘Plástico quemado’
Salah Chebiouni, de 45 años, que logró salir a tiempo de la torre, declaró a la AFP que olía «plástico quemado» y lamentó los trabajos de renovación baratos. «Tenía el aspecto de metal. Creía que habían hecho algo bueno. Pero era plástico», dijo.
«Al parecer, como en otros casos de incendios en otras partes del mundo, la naturaleza del revestimiento exterior es responsable de la rapidez con que el fuego se propaga», comentó Angus Law, especialista del tema en la universidad de Edimburgo.
Gavin Barwell, el nuevo jefe de gabinete de la primera ministra Theresa May y exministro de vivienda, fue acusado por el diario sensacionalista de izquierda The Daily Mirror de haber cajoneado un informe de hace varios años que señalaba el riesgo de incendio en edificios como la torre Grenfell.
El alcalde de Londres, Sadiq Khan, declaró que estos testimonios plantean «preguntas que esperan respuestas».
Un portavoz de Downing Street declaró que May estaba «profundamente entristecida por la pérdida trágica de vida en la torre Grenfell».
Varios sobrevivientes lamentaron que se les haya aconsejado permanecer confinados en sus departamentos. «Si hubiésemos seguido esos consejos estaríamos muertos», declaró Nicky Paramesivan a la BBC.
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