La Unión Soviética dejó de existir tras un proceso que se inició con el ascenso al poder de Mijaíl Gorbachov en 1985, durante el cual, mejoraron las relaciones entre la URSS y los países occidentales capitalistas y culminó con la puesta en evidencia de la ineficacia del comunismo como sistema político
La Unión Soviética (URSS) fue un estado federal plurinacional, formado por distintas repúblicas europeas y asiáticas, creado como resultado del triunfo de la Revolución Rusa de noviembre de 1917 en el territorio del antiguo Imperio Ruso, fundado con tal denominación en diciembre de 1922 y cuya disolución se produjo en diciembre de 1991, siendo el primer estado en el cual se aplicaron los principios del socialismo.
La caída de la Unión Soviética no sólo marcó el fin del ícono del comunismo, sino que también evidenció el fracaso de los sistemas comunistas, porque con el tiempo, la mentira de “ríos de miel” fue alcanzada por la verdad del desmoronamiento de todos los aspectos de la sociedad.
No fue posible sostener la farsa de que el socialismo llevaría a las masas a la conquista del comunismo donde todos somos iguales. La URSS se desplomó y con ella fueron cayendo muchos otros países que creyeron que el Estado podría desarrollar riqueza, bienestar y desarrollo a sus respectivos países.
El comunismo fue víctima, como consecuencia del colectivismo y de la desaparición de estímulos materiales asociados al esfuerzo personal, de un paradójico fenómeno: la solidaridad colectiva, lejos de fortalecerse con el comunismo, fue desvaneciéndose hasta hacerse imperceptible.
Nadie cuidaba los bienes públicos. La verdad oficial era que todo era de todos. La verdad real era que nada era de nadie y en consecuencia, a nadie le importaba robarle al Estado, dilapidar las instalaciones colectivas o abusar sin contemplaciones de los servicios ofrecidos, actitud que generaba una letal combinación entre el despilfarro y la escasez propia del sistema.
Sin embargo, el pecado comunista de someter a la obediencia a los ciudadanos mediante la coacción y de cortarles las alas para que no pudieran pensar, organizarse, ni crear riquezas por cuenta propia, traía implícita su propia penitencia: convertía a las personas en unos improductivos parásitos que esperaban que el Estado les diera todo. Al final, todo se desplomó.
El poderío soviético
La historia de la URSS comienza el 07 de noviembre de 1917 cuando la Revolución Rusa culminó con la conquista del poder por el Congreso de los Soviets de toda Rusia, dirigido por los bolcheviques. Tras autoproclamarse depositario de la autoridad gubernamental, el Congreso promulgó una serie de decretos por los que Rusia dejaba de combatir en la “I Guerra Mundial”, era nacionalizada toda la tierra y se constituía el Consejo de Comisarios del Pueblo (Sovnarkom) que actuaría como primer gobierno obrero y campesino y estuvo presidido por Lenin.
La Constitución de 1924 reorganizaba los territorios bajo control soviético en torno al nuevo Estado. Aunque se garantizaba un cierto grado de autonomía a las repúblicas integrantes, el gobierno soviético mantenía un rígido control sobre las relaciones exteriores, la defensa y la economía planificada.
A finales de la “II Guerra Mundial”, la URSS era reconocida como una de las grandes potencias mundiales. Los soviéticos establecieron su propio régimen en las zonas que les fueron asignadas y en 1947 ya habían levantado la famosa Cortina de Hierro, a fin de separar Europa oriental y algunas zonas de Europa central de la Europa occidental.
Utilizando la amenaza de su poderío militar, la URSS intentó aplicar un progresivo control sobre las estructuras políticas, económicas y sociales de los territorios fronterizos ocupados por ella. La política exterior soviética generó un conflicto político, diplomático y económico de dimensión mundial con Estados Unidos conocido como Guerra fría.
La era de Gorbachov
Mijaíl Gorbachov asciende al poder en marzo de 1985 e inició una campaña con el objetivo de reformar la sociedad soviética. Sus planes exigían la perestroika (en ruso, reestructuración) de la economía nacional y la glasnost (en ruso, apertura) de la vida política y cultural.
Propuso una serie de reformas constitucionales que trasladarían el poder del partido a una asamblea legislativa elegida por sufragio universal, reducirían el papel del partido en la gestión económica y aumentarían los poderes presidenciales. En marzo de 1989 el pueblo soviético participó en las primeras elecciones libres desde 1917 y eligió un renovado Congreso de Diputados del Pueblo.
Entre 1985 y 1991 Gorbachov celebró diversas reuniones con los presidentes estadounidenses Ronald Reagan y George Bush. En 1991, Gorbachov había perdido apoyo entre la población por su política interna. El sector duro comunista, en el que se encontraban muchos de los altos cargos del gobierno, dio un Golpe de Estado en agosto de 1991, mantuvo a Gorbachov bajo arresto domiciliario e intentó reinstaurar el control centralizado comunista.
En tres días, los reformistas, encabezados por Borís Yeltsin, detuvieron el golpe y comenzaron a desmantelar el aparato del partido. Con la URSS al borde del colapso, el Congreso de Diputados del Pueblo acordó establecer un gobierno provisional en el que el Consejo de Estado, liderado por Gorbachov, ejercería poderes de emergencia.
La creciente influencia de Yeltsin acabó con la de Gorbachov y el gobierno de la Federación Rusa asumió los poderes que había ejercido el desaparecido gobierno soviético. En diciembre de 1991 la URSS dejó formalmente de existir.
La renuncia de Gorbachov
“El destino quiso que cuando me vi al frente del Estado fuera ya patente que nuestro país no marchaba bien. Teníamos mucho de todo: tierras, petróleo, gas y otros recursos naturales, por no hablar de la inteligencia y el talento del que nuestro pueblo ha sido dotado, pero vivíamos mucho peor que en los países desarrollados y cada vez íbamos más retrasados con respecto a ellos. La causa estaba clara: la sociedad se ahogaba en las garras de un sistema autoritario burocratizado”. Declaración de dimisión del cargo de presidente de la URSS pronunciada por Mijaíl Gorbachov
Edda Pujadas
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