Al parecer, no basta con mirar lo que ha sido la violencia colombiana, que dejó como saldo casi medio millón de personas asesinadas
La espiral de violencia se ha venido agudizando en nuestro país peligrosamente. Al parecer, no basta con mirar lo que ha sido la violencia colombiana, que dejó como saldo casi medio millón de personas asesinadas, producto de un conflicto sociopolítico con evidentes intereses transnacionales. Guatemala fue otro país que vivió una prolongada guerra civil que culminó en el genocidio maya (1981-1983), que dejó como consecuencia más de doscientas mil personas entre asesinadas y desaparecidas y centenas de miles desplazadas. El Salvador fue otro país centroamericano que fue conmovido por una guerra civil durante el periodo 1980-1992, una guerra civil de doce años que, dejando a su paso cerca de cien mil personas asesinadas y más de un millón de desplazados, destacó el asesinato del padre Arnulfo Romero, por sus posiciones en contra de la violencia y a favor de los humildes. Nicaragua es otro país que también vivió momentos difíciles, primero una lucha abierta contra el dictador Antonio Somoza Debayle en 1979. En esa, más de 65 mil personas murieron, poniendo fin al último dictador de la dinastía Somoza, que impuso su régimen por medio siglo y luego la guerra hacia la zona atlántica de dicho país contra el Frente Sandinista de Liberacion y la intervención directa de Estados Unidos en los tiempos del presidente Ronald Reagan.
Estos tres países iniciaron procesos diálogos en beneficio de sus propios pueblos, en los cuales la comprensión, sin dejar la lucha por sus diferentes posiciones políticas, logró avanzar y hoy son pueblos de paz, que en las pasadas asambleas de la Organización de los Estados Americanos, han hecho referencia a sus respectivos conflictos para que eso no se repita en Venezuela. En ese sentido, la posición del representante de El Salvador, Carlos Calles, ante el informe que presentó Almagro sobre Venezuela, fue enfático su rechazo por injerencista, al igual que el embajador de Nicaragua, Luis Ramirez, quien espera que Almagro renuncie como Secretario General por sus posiciones injerencistas. Son dos voces de dos conflictos armados, con decenas de miles de compatriotas asesinados y están claros, por la experiencia vivida, que no es la violencia ante la crisis que vive un país por muy grave que sea, sino el diálogo interno y sin intervencionismo extranjero. Vivieron la violencia y sus consecuencias terribles, en la cual hasta niños y niñas formaron parte del conflicto o en las misma Colombia, con los reclutamientos forzados de niños y niñas para incorporarlos a la guerra. Lamentablemente ya un sector radical de la oposición venezolana viene utilizando a niños y jóvenes en las violencias callejeras, como orgullosamente lo mostraba el exgobernador de Miranda Henrique Capriles Randonski en un video en una de las marchas en los focos geográficos de la oposición.
Entre la constituyente y la Virgen
El gobierno sugirió una mesa de diálogo con actores nacionales e internacionales, y la oposición, aún con la intervención del Papa Francisco, la rechazó. Entonces el gobierno hizo una propuesta ante el fracaso del diálogo por parte de la oposición y amparado en la Constitución de llamar a una Asamblea Constituyente con nueve puntos concretos: 1.Ganar la paz…“Aislar a los violentos, reafirmar los valores de la justicia, de la no impunidad, y a través de un gran proceso de convocatoria al diálogo nacional, social, construir la paz verdadera, la paz con democracia, con libertad, con participación, con justicia, con igualdad, la paz”; 2.Ampliar el Sistema Económico… creación de un modelo económico postpetrolero; 3.Incluir las misiones y también las grandes misiones creadas por el comandante Hugo Chávez y la revolución: la vivienda, la salud, la educación, la cultura; todas las misiones y Grandes Misiones; 4.Seguridad y justicia. “La guerra contra la impunidad y las penas, duras penas contra delitos como la violación, el secuestro, el homicidio y otros más”; 5.Nuevas formas de democracia, “Democracia directa en lo social y en lo político, democracia protagónica, participativa, directa, y todas las formas que hemos aprendido en 18 años para establecerla, fortalecerla, constitucionalizar las comunas y los consejos comunales y el Poder Comunal, llevarlo a la Constitución”; 6.Defensa de la soberanía. “La integridad de la nación, el rechazo al intervencionismo y la nueva visión del mundo pluripolar y multicéntrico que ya está bien claro y desarrollado; la parte programática en política exterior de la Constitución se cumplió… la política exterior soberana de defensa de nuestra integridad y de construcción de un nuevo mundo pluripolar y multicéntrico”; 7.Identidad cultural. “La nueva venezolanidad, la nueva espiritualidad; 8.Garantizar los derechos sociales, culturales, educativos, laborales, tecnológicos de la juventud. Y agreguemos un capítulo dedicado a las garantías, derechos y deberes de la juventud venezolana”; 9.Cambio Climático. “La sobrevivencia del planeta.
La oposición rechaza estas elecciones para la Asamblea Constituyente, como rechaza el cronograma electoral del CNE con las elecciones regionales de diciembre y las presidenciables del 2019. La oposición, sin pata ni cabeza, propone el 16 de julio, día de la Virgen del Carmen realizar un plebiscito, sin consulta con el CNE. Ellos impondrán un CNE paralelo, violando todas las normas constituciones del poder electoral, lo que es una provocación más. Y como lo han dicho, no saldrán de las calles. ¿Aspiran una guerra civil como sucedió en El Salvador, Nicaragua y Guatemala?
LA VOZ DE AFROAMÉRICA / JESUS CHUCHO GARCIA