La víctima natural de Argentina, nacionalizada en el país que dejó cuatro hijos adultos, tres de ellos residenciados en el exterior, vivía con su esposo en la urbanización El Marqués, municipio Sucre
Paula Elba Solís de Pinto, de 81 años, esposa del doctor José Atahualpa Pinto Pinto, nefropatólogo e investigador de la Universidad Central de Venezuela (UCV), fue hallada muerta la mañana de este martes en una estructura ubicada en los terrenos del Jardín Botánico, detrás del Hospital Clínico Universitario.
La víctima natural de Argentina, nacionalizada en el país que dejó cuatro hijos adultos, tres de ellos residenciados en el exterior, vivía con su esposo en la urbanización El Marqués, municipio Sucre, pero todas las mañanas conducía el vehículo Nissan Sentra de ambos, para llevarlo a su trabajo, en el Instituto de Anatomía Patológica de la UCV, donde Pinto es docente.
Amante de
la naturaleza
El personal de la casa de estudios contó que la mujer estacionada el vehículo en la parte posterior del edificio y por lo general pasaba buena parte de la mañana recorriendo el lugar, donde regaba las plantas, las arreglaba o daba de comer a los animales del Jardín Botánico.
Luego se marchaba a su domicilio y regresaba a buscar al profesor cuando terminaba la jornada.
La mañana de este martes no fue la excepción, solo que en esta ocasión la encontraron muerta en una casa que se encuentra en el jardín y que por estar deteriorada, fue destinada como deposito de reactivos, insumos y enseres.
El cuerpo estaba boca abajo, semivestodo y con una herida contusa en la cabeza. La señora estaba tendida en el piso, sobre un charco de sangre, atada de pies y manos con una cinta amarilla de seguridad.
En el cuello le ataron un trozo de tela.
La encontró Marisol Manrique, secretaria del instituto, cuando a eso de las 9:00 a.m., fue a buscarla alarmada porque los vigilantes habían visto a dos sujetos salir de su vehículo en el estacionamiento y escapar por la montaña.
Huyen hacia San
Agustín del Sur
Nelson Pérez, vigilante del campus, contó que un supervisor de mantenimiento observó a un hombre que salió del Nissan y estaba impregnado de sangre, por lo que fue en busca del personal de seguridad.
El sujeto se perdió por la zona boscosa y cuando apareció Pérez no había nadie, por lo que fue en busca de un compañero para no ingresar solo al jardín, momento que aprovechó un segundo sujeto para salir del carro donde seguía escondido y correr por la maleza, detrás de su cómplice.
Una vez se completo el personal de vigilancia, revisaron el vehículo que estaba abierto, pero había nadie en el lugar. Al aparecer otros trabajadores del instituto, se preocuparon por Solis a quien no encontraban y fue cuando la secretaria decidió subir a la casa donde la señora solía buscar herramientas para arreglar más matas.
Se presume que los homicidas la sometieron en su faena y la dominaron para maniatarla, con la intención de robarle el carro u otras pertenencias. Por la vía que tomaron para huir, montaña arriba, se presume que se dirigieron hacia San Agustín del Sur, zona que comunica por ese extremo con el Jardín Botánico.
El doctor José Atahualpa Pinto es nefrólogo, patólogo renal, investigador y docente de la UCV. Hasta el año 75 laboró en la UDO, extensión Ciudad Bolívar. Tiene más de 30 años trabajando en esa universidad y a raíz de esa trayectoria, su esposa se había convertido en colaboradora del instituto, donde era muy conocida y apreciada.