Más allá del triste escenario de tener que ver a niños de tan sólo 5, 6 ó 7 añitos de edad deambulando por las calles de Guarenas, especialmente a la altura de lo que ahora se conoce como el Bulevar La Paz, tratando de que alguien les de algunos billetes que puedan llevar a sus madres para completar la cantidad que necesitan y poder comprar algo que comer, resulta indignante que esta situación esté ocurriendo ante los ojos impávidos de funcionarios que pueden ayudar a corregir esta situación.
Y nos atrevemos a denunciar públicamente estos hechos, de manera responsable y desde nuestra posición de comunicadores sociales, tras lo que a diario se vive en este Bulevar La Paz de la ciudad de Guarenas.
Madres jóvenes, acompañadas de varios pequeños, incluso niños y niñas de brazos, hacen que sus hijos más grandes (de apenas 5, 6 ó 7 años), recorran toda el área en busca de algo de dinero, para que luego les lleven las cantidades que consigan y poder comprarles comida.
Estas escenas se repiten a diario, cientos de personas las ven y la excusa a tan peligrosa situación para estos pequeños es «la situación país».
Y nos atrevemos a preguntarnos desde esta palestra informativa: ¿También sería ésa la excusa si alguno de estos pequeños llegáse a caer en manos de personas inescrupulosas, quienes por algunos billetes puedan llegar a poner la integridad física de estos pequeños en peligro?.
Venezuela atraviesa por circunstancias especiales, apremiantes, que se agravan con estas escenas y no queda más que pedir a Dios que estas situaciones puedan ser objeto de la estricta vigilancia de las autoridades competentes, que puedan atacar el problema desde la raíz, tendiendo una mano a estas madres que en estas circunstancias de pobreza extrema pernoctan en sitios como el Bulevar La Paz, tratando de conseguir lo que puedan para mantener a sus hijos y evitar morir todos de mengua.
Es entonces nuestro llamado a los entes encargados de proteger a niños, niñas y adolescentes para que se tomen las medidas a que haya lugar en favor de estos pequeños que tal vez se han convertido ya en los Niños del Bulevar La Paz, por los que nadie vela.
Esperemos que manos amigas puedan ayudar a que les llegue la ayuda que requieren para que vean mermado el peligro que corren a diario, sorteando el hambre, la mirada de asedio de algunos irregulares y el posible aprovechamiento de otros.
Agradecemos al periodista Freddy Bravo por su sensibilidad social y el hecho de habernos permitido hacer esta importante reflexión, ahora sólo queda encomendar a Dios a estos pequeños del Bulevar La Paz.
Janeth Solórzano