Los venezolanos queremos nos devuelvan a nuestro país, donde podíamos adquirir los productos de la cesta básica en las grandes cadenas de supermercados
Esta es la afirmación que nos hacemos todos los venezolanos. Esta frase recoge el sentir de quienes vivimos en un país secuestrado por una cúpula de transgresores del orden constitucional, haciendo uso y abuso de los poderes públicos. Ellos obedecen solo a los lineamientos políticos de la isla de Cuba, desde donde emanan todas las estrategias para seguir el mismo libreto de los hermanos Castro, Fidel y Raúl, quienes han mantenido por más de 60 años la dictadura y dominio ideológico sobre los ciudadanos cubanos herederos de Martí, bajo la burda mentira de la “revolución”.
Los venezolanos queremos nos devuelvan a nuestro país, donde podíamos adquirir los productos de la cesta básica en las grandes cadenas de supermercados, abastos, o en la bodeguita del barrio, que hasta fiao nos daban. Necesitamos ganar un sueldo acorde con las necesidades de nuestro núcleo familiar, como cuando quedaba para la parrilla en familia, salida a la playa, vacaciones escolares, conocer a Venezuela, y si los planes de ahorro se cumplían, daba hasta para viajar fuera del país.
La seguridad de los bienes y las personas no era la mayor preocupación para los venezolanos. Los robos, atracos, asesinatos, la violencia y otros delitos impensables no formaban parte del día a día y menos de nuestra cultura. La salud en la Venezuela de la mal llamada cuarta república garantizaba hospitales con médicos de primera en todas las especialidades, dotados de equipos novedosos, con insumos para emergencias e intervenciones quirúrgicas, atención intermedia y salas de terapias intensivas; contábamos con una red hospitalaria que funcionaba.
Para los venezolanos, nuestra ilusión siempre fue darles la mejor educación a nuestros hijos en escuelas públicas con continuidad hasta llegar a las universidades nacionales, las más prestigiosas de América Latina, con presupuestos acordes a los nuevos tiempos.
Este es el país que ahora no tenemos y añoramos. Mientras más del 87 % de los ciudadanos exigimos un cambio ante una inflación que para el primer semestre del año alcanzó el 1.200 %, tenemos cesta básica que asciende a 1 millón 426 mil 363 bolívares, con 38 céntimos, mensuales, cuando un ciudadano obtiene un sueldo mensual de 250. 531 bolívares. Sueldo ajustado actualmente y que solo perciben los empleados del Gobierno central.
Ante esta realidad, las más grandes empresas cierran sus puertas por falta de materia prima y con ella desaparecen los puestos de empleo. Las fincas productivas expropiadas y ahora sin nada que ofrecer, acabaron con el aparato productivo del país. Los insumos para las empresas farmacéuticas desaparecieron del mercado y los venezolanos mueren por falta de medicinas para los tratamientos básicos y para enfermedades de alto riesgo.
Sumado a ello, a las parturientas las ruletean de hospital en hospital para traer a un futuro incierto a los nuevos venezolanos. No tenemos educación de calidad ni seguridad para enfrentar la violencia y los crímenes más horrendos, pero lo peor es que esos crímenes se escudan en la impunidad, no hay investigaciones serias, tenemos cuerpos de seguridad que incitan a la ley del Talión. “ojo por ojo y diente por diente”. En estos últimos cuatro años se ha impuesto la barbarie. mientras se violentan todos los derechos humanos del ciudadano común.
Ante este estado de cosas, el pueblo pide un verdadero cambio de gobierno, de políticas por la vía democrática y pacífica y elecciones generales para salir de esta pesadilla, mientras que al Presidente se le ocurre la brillante idea de dar respuesta con una Asamblea Nacional Constituyente ilegal, inconsulta e inconstitucional, atribuyéndose el poder originario que reside de manera intransferible en pueblo (Artículo 5 de nuestra carta magna).
Lo que persiguen Maduro y sus camarillas es imponer un régimen castro-comunista por encima de la mayoría de la población, mantenerse en el poder a toda costa empleando la fuerza militar, lo que es típico de un régimen no democrático. Señor presidente, devuélvanos nuestro país. Los venezolanos le demostraremos este 16 de julio en una consulta popular que hemos denominado plebiscito, modo de votación en democracia que recurre directamente a todos los habitantes de un territorio para obtener la rectificación de gestión de un gobernante o para decidir sobre una situación de importancia. Esta definición se ajusta perfectamente como mecanismo expresamente insertado en nuestra Constitución Nacional en el artículo 70 «como medio de participación y protagonismo del pueblo en ejercicio de su soberanía». Por esta razón, también constitucional, la Asamblea Nacional, apegada al artículo 333, investida de autoridad, tiene el deber de colaborar en el restablecimiento de esta constitución y no permitir que pierda su vigencia por un acto de fuerza o fuere derogada por cualquier otro medio distinto al previsto en ella.
Es pertinente y oportuno este llamado de la Asamblea Nacional y vinculante con la soberanía del poder originario.
Los zamoranos de Guatire y Araira también demostraremos en democracia que estamos del lado correcto de la historia.
Franklin Velásquez
Concejal del Municipio Zamora