La decisión ocurre bajo la presión de los republicanos cristianos conservadores que quieren enterrar la herencia de la precedente administración de Barack Obama
Donald Trump destacó «el tremendo costo médico» y «los trastornos que supondrían las personas transgénero en las Fuerzas Armadas» para justificar su decisión.
El argumento del costo de la atención médica necesaria de un cambio de sexo de los reclutas es puesto en cuestión por un estudio del centro de reflexión RAND. Esa investigación lo calcula en 2,4 a 8,4 millones de dólares por año en un presupuesto total del Pentágono de más de 500.000 millones en 2016.
La decisión ocurre bajo la presión de los republicanos cristianos conservadores que quieren enterrar la herencia de la precedente administración de Barack Obama en favor de los individuos transgénero, un tema muy polémico en Estados Unidos, a pesar del ínfimo número de personas involucradas.
¿Expulsiones en las
Fuerzas Armadas?
El Pentágono parece haber sido tomado por sorpresa con este anuncio, en momentos en que su titular, Jim Mattis, se encuentra de vacaciones.
«Daremos instrucciones en breve», comentó sin más el portavoz del Pentágono, el capitán Jeff Davis, remitiendo todas las dudas a la Casa Blanca.
«Todos los patriotas estadounidenses cualificados para servir en nuestras Fuerzas tienen que poder hacerlo. Punto final», reaccionó el exvicepresidente demócrata Joe Biden.
La administración Obama había decidido el año pasado que las Fuerzas Armadas comenzarían a permitir el ingreso de reclutas transexuales a partir del 1 de julio de 2017.
Mattis, secretario de Defensa de Donald Trump, postergó seis meses ese plazo para «evaluar el impacto» de esa integración en las Fuerzas Armadas.
Según el departamento de Defensa estadounidense, habría entre 2.500 y 7.000 personas transgénero entre los 1,3 millones de militares en actividad. La organización defensora de los derechos humanos Human Rights Campaign estima que la cifra está más cerca de los 15.000.
AFP