WASHINGTON. La Organización de Estados Americanos (OEA) debatió este miércoles la crisis de Venezuela, pero aunque su secretario general Luis Almagro denunció «una tragedia», el organismo falló en lograr un consenso a días de la elección de la Asamblea Constituyente.
En el Consejo Permanente, Almagro ahondó sobre la crisis humanitaria que vive Venezuela, donde las protestas para exigir la salida del presidente Nicolás Maduro han dejado en los últimos cuatro meses un centenar de muertos, miles de heridos y cientos de detenidos.
«Definitivamente, tenemos que reiterar el pedido de la no instalación de la Asamblea Nacional Constituyente», dijo Almagro al denunciar «asesinatos», «torturas», «presos por motivos políticos» y «violencia ejercida sistemáticamente por el Estado».
Durante el debate, el presidente del Consejo Permanente, el embajador brasileño José Luiz Machado, presentó un video publicado el viernes pasado por la ONG Human Rights Watch, con imágenes de brutal represión a las protestas en Venezuela.
La discusión en la OEA sobre Venezuela tuvo lugar un mes después de que la Asamblea General del organismo continental, reunida en Cancún, no lograra los votos para aprobar una resolución sobre la crisis en ese país.
La inclusión del tema en el orden del día de este miércoles fue rechazada enfáticamente por Venezuela, así como por Nicaragua y Bolivia.
Ecuador también expresó su convicción de que solo los venezolanos deben resolver su situación interna.
Mientras, frente a la sede de la OEA, un puñado de opositores clamaba por un «nuevo presidente» y exigía «libertad» ondeando banderas de Venezuela.
Treces países piden
suspender Constituyente
Trece de los 34 países de la OEA instaron sin embargo al gobierno de Maduro a suspender la Constituyente, cuyos miembros se elegirán el próximo domingo.
En una declaración ante el Consejo, dijeron que esa instancia «implicaría el desmantelamiento definitivo de la institucionalidad democrática y sería contrario a la voluntad popular expresada en la consulta del 16 de julio».
El texto de cinco párrafos, leído por el embajador panameño Jesús Sierra, fue suscrito por Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Perú.
Uruguay, que en marzo se sumó a estas 13 naciones para exigir a Venezuela la liberación de sus «presos políticos» y la fijación de un calendario electoral, no firmó el documento.
Álvaro Gallardo, embajador alterno de Uruguay ante la OEA, explicó a periodistas que su país decidió no suscribir la declaración porque la Asamblea Nacional Constituyente «es un mecanismo previsto en la Constitución venezolana».
Los 13 países expresaron su «profunda preocupación por la grave alteración del orden democrático en Venezuela, la agudización de la crisis y el aumento de la violencia», al tiempo que llamaron a un pronto diálogo entre el gobierno y la oposición.
Venezuela, que se ausentó del debate, aprovechó antes de su inicio para repudiar «las agresiones sistemáticas» de parte de Estados Unidos, al que acusó de liderar una campaña de inteligencia «para derrocar el gobierno constitucional» de Maduro, en coordinación con Colombia y México.
La segunda secretaria de la misión venezolana en la OEA, Sara Lambertini, anunció que Caracas denunciará a estos tres países «a través de los canales diplomáticos correspondientes».
El martes, el canciller de Venezuela, Samuel Moncada, había considerado «absolutamente insatisfactorias» las notas oficiales de México y Bogotá negando su intervención de asuntos internos venezolanos.
Alina Dieste / AFP