La oposición venezolana postergó para el viernes su marcha en Caracas contra el supuesto fraude en la elección de la Asamblea Constituyente del presidente Nicolás Maduro, para coincidir con la instalación de ese órgano con poderes ilimitados y cuya legitimidad está seriamente cuestionada.
La coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) tomó la decisión ante el aplazamiento para el viernes de la toma de funciones de la Constituyente, confirmó a la AFP el dirigente Juan Carlos Caldera.
«Ese fraude coloca al país camino a una explosión social, con una Constituyente fraudulenta. Ese proceso está nulo. Es el inicio del fin», declaró la noche del jueves el líder opositor Henrique Capriles.
La instalación tendrá lugar en medio de un fuerte rechazo internacional y en pleno escándalo por la denuncia de la empresa Smartmatic, que dio soporte tecnológico a los comicios para la Constituyente, de que hubo «manipulación» de los resultados dados por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
Inicialmente prevista para miércoles o jueves, el presidente socialista postergó la ceremonia de instalación de los 545 asambleístas bajo el argumento de que se debía organizar «con tranquilidad».
Caldera aclaró que la marcha opositora, cuya fecha ha sido cambiada dos veces, «siempre se convocó para el día de la instalación del fraude constituyente».
El órgano plenipotenciario encargado de redactar una nueva Carta Magna fue elegido el domingo en medio manifestaciones que dejaron diez muertos, elevando a 125 los fallecidos en cuatro meses de protestas que exigen la salida de Maduro.
Rechazada por 72% de los venezolanos según Datanálisis, la Constituyente sesionará en el Salón Elíptico del Palacio Legislativo, en cuyo hemiciclo debate el Parlamento de mayoría opositora, lo que hace temer brotes de violencia.
Un hecho «escandaloso»
Según el poder electoral, sufragaron ocho millones de personas, pero el cálculo de Smartmatic es que votó un millón menos, lo cual fue rechazado por la presidenta del CNE, Tibisay Lucena, como una aseveración «sin fundamento».
Mientras, la oposición, que calificó la denuncia de «terremoto», asegura que solo acudieron 3,5 millones de electores.
El dato de participación era clave para la legitimidad de la Constituyente, luego de que la oposición asegurara haber recaudado 7,6 millones de votos contra la iniciativa en un plebiscito simbólico el 16 de julio.
«Este proceso no lo mancha nada porque es transparente», subrayó Maduro, quien atribuyó la versión de Smartmatic a una «reacción del enemigo internacional».
Estados Unidos, la Unión Europea y una decena de países latinoamericanos, como Colombia, Argentina y Perú, anunciaron que no reconocen la Constituyente por considerarla una amenaza a la democracia.
Poniendo presión, el presidente estadounidense, Donald Trump, le impuso el lunes sanciones financieras y jurídicas a Maduro, a quien llama «dictador», y la semana pasada hizo lo mismo con 13 funcionarios venezolanos, incluida la presidenta del CNE.
Los cancilleres del Mercosur se reunirán en Sao Paulo o Brasilia el sábado para decidir la suspensión política de Venezuela del bloque «por la ruptura del orden democrático», anunció en Asunción el canciller paraguayo, Eladio Loizaga.
Convocada por Perú, la semana próxima también se realizará una reunión de cancilleres para tratar la crisis venezolana, lo que según Maduro busca conformar «una coalición» para agredir a su país.
La fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega, chavista que se rebeló contra Maduro, a quien acusa de tener «ambición dictatorial», anunció la noche del miércoles que abrió una investigación contra los rectores del CNE «por este hecho tan escandaloso».
La oposición rechazó desde un inicio participar en la Constituyente, al considerarla un «fraude» con el que Maduro busca evadir elecciones, perpetuarse en el poder e instaurar un régimen comunista.
«La Constituyente nace con plomo en el ala (herida). Pero a Maduro no le importa, solo quiere una Constitución a su medida», aseguró a la AFP el analista Luis Salamanca.
El gobernante sostiene sin embargo que la Constituyente recuperará la paz y rescatará la colapsada economía del país petrolero, agobiado por una severa escasez de alimentos y medicinas, y una brutal inflación.
afp