ROMA. El Gobierno italiano y las ONG que rescatan inmigrantes en el mar Mediterráneo mantienen un verdadero pulso este jueves tras las nuevas reglas que rigen para sus operaciones.
La incautación el miércoles del buque de la ONG alemana Jugend Rettet por orden de la fiscalía siciliana debido a sospechas de mantener vínculos con traficantes de emigrantes en las costas de Libia, avivó las tensiones.
«Para nosotros, salvar vidas es y seguirá siendo nuestra mayor prioridad», escribió en un tuit la organización no gubernamental, que rechazó las acusaciones. «Lamentamos no poder estar en la zona donde se busca y se rescatan» personas, comentó la organización, fundada en 2015 por un grupo de jóvenes alemanes que reunieron dinero para adquirir el buque «Iuventa», con capacidad para alojar a 220 personas.
AFP