Luego de 49 días de prisión el periodista Carlos Julio Rojas decidió dar la cara al país en una rueda de prensa acompañado por integrantes del Colegio Nacional de Periodistas (CNP), y las ongs Expresión Libre y Espacio Publico donde ofreció detalles de cómo fue su experiencia en la cárcel de Ramo Verde.
Reveló que en esta prisión militar se realizan torturas psicológicas y físicas y que más de la mitad del tiempo recluido la pasó encerrado en una celda de aislamiento.
Carlos Julio Rojas, coordinador del Frente en Defensa del Norte de Caracas, explicó que a pesar de estar preso en una cárcel militar y de las diferentes formas de hostigamiento nunca dejó de ejercer su condición como periodista y luchador social. “Al llegar a Ramo Verde el capitán José Ramón Boston Silva me gritó que allí era un criminal y que debía someterme a sus reglas de represión. A lo que me resistí aún estando apresado. Ser Comunicador Social y Dirigente Social se lleva en la sangre y en el corazón y eso no me lo podían arrebatar”, dijo.
Rojas relató como por solo ser periodista permaneció casi la mitad de su tiempo de presidio en una celda de aislamiento, un espacio de 2×2 con delincuentes comunes. Estuvo más de más de 6 días sin evacuar y con desmayos en dos oportunidades por falta de alimentos y agua. “Esta era la respuesta del Gobierno a mis continuas denuncias que hice desde Ramo Verde, como la que hice hace pocos días donde declaré que solo recibíamos 60 gramos de comida al día. El ser periodista en una cárcel militar te convierte en un proscrito”, remarcó.
El comunicador social señaló que más allá de los golpes, lo que más le dolió fueron las torturas psicológicas a la que fueron sometidos los 115 presos políticos que convivían junto con él en una sala del tamaño de un salón grande, que en el mejor de los casos dormían tres por colchoneta y debían convivir entre el excremento al saturarse las pocetas de los baños. “A los jóvenes de 18 y 19 años los amenazaban más con golpes o cese de las visitas de sus familiares si no seguían las ordenes del penal. También debían espiar a sus compañeros y denunciarlos para ganar prebendas. El Gobierno de Maduro usa las cárceles como Ramo Verde para transformar a los de menos edad en personas alienadas y subordinadas al régimen como si fueran ´héroes de la patria´ muy al estilo Nazi”, aseguró.
Reveló que las cárceles de Venezuela están repletas de presos del hambre, en los cuales su único delito fue salir a protestar porque un pueblo no tiene que comer. “Personas de zonas populares como Las Adjuntas, La Vega, El Guarataro o un carpintero de Yaritagua son solo ejemplo de ciudadanos humildes que fueron apresados injustamente. El hambre que pasa el pueblo en la calle también lo sufren en las cárceles”.
Nota de prensa