Cientos de personas murieron en el centro de México (138, hasta el cierre de esta edición), tras un sismo de 7,1 grados registrado este martes. También se reportaron numerosos desaparecidos, mientras se realizan labores de rescate en construcciones colapsadas, informó la secretaría de Gobernación (Interior)
El movimiento telúrico de 7,1 grados, ocurrió justo cuando se cumplen 32 años del terremoto de 8,1 grados que dejó más de 10.000 muertos en 1985 y redujo a ruinas amplios sectores de la capital
Un sismo de 7,1 grados dejó al menos 118 muertos en México, según los primeros reportes de autoridades locales, mientras continúan los rescates en numerosos edificios colapsados, la mayoría en la capital que este martes conmemoró 32 años del terremoto de 1985.
«Son 118 personas las que desafortunadamente han perdido la vida», dijo Miguel Angel Osorio, secretario de Gobernación, al detallar que son 54 víctimas en Morelos, 26 en Puebla, 30 en la capital y ocho en el Estado de México.
Según la alcaldía de Ciudad de México, suman al menos 49 los edificios colapsados en zonas del centro y sur de la capital, donde cuando ya anochecía muchas personas observaban desalentadas sus hogares severamente dañados.
Los barrios más afectados se encuentran sin energía eléctrica y a medida que se acercaba la noche se multiplicaban denuncias de robos, sobre todo a automovilistas atrapados en el caótico tráfico.
El presidente Enrique Peña Nieto, que se encontraba fuera de Ciudad de México, regresó a la capital para coordinar las labores de rescate.
«Se ven imágenes de derrumbes, de varios edificios colapsados (…) Tenemos una emergencia en Ciudad de México», dijo el mandatario poco antes de aterrizar en un aeropuerto militar de la capital.
El aeropuerto internacional de Ciudad de México suspendió operaciones durante más de tres horas.
El sismo ocurrió a las 13H14 locales (18H14 GMT). El epicentro se ubicó entre los estados de Puebla y Morelos, cerca de la capital.
Edificios colapsados
Al igual que en 1985, decenas de civiles se convirtieron en improvisados rescatistas para buscar sobrevivientes entre los escombros, en medio de aplausos cuando conseguían sacar con vida a una persona.
En la zona Roma-Condesa, popular por sus bares y restaurantes, también se derrumbó una escuela, que aplastó al menos dos coches.
«Llegamos al colegio y todo el mundo llorando, todo el mundo desesperado y los niños agarrados de una cuerda», narró a la AFP Jorge López, de 49 años, que estaba con sus dos hijos de 6 y 3 años.
En la radio y la televisión se multiplican los reportes de personas no localizadas o de gente atrapada en escombros que envían mensajes por whatsapp a sus familiares.
En una primera reacción, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, expresó su solidaridad con los mexicanos. «Dios bendiga a la gente de Ciudad de México. Estamos con ustedes y los vamos a apoyar», escribió en su cuenta Twitter.
En tanto, funcionarios de Protección civil advierten a la población que hay fugas de gas.
«¡No fumen! ¡Hay fugas de gas!», gritaban los socorristas mientras corrían por las calles en el sector de Roma Norte.
Misma pesadilla de 1985
«Estoy consternada, no puedo contener el llanto, es la misma pesadilla que en 1985», dijo a la AFP, entre lágrimas Georgina Sánchez, de 52 años, en una plaza de Ciudad de México.
En la mañana de este martes, las autoridades habían realizado un simulacro de sismo y se recordó, como cada año, la tragedia del 19 de septiembre de 1985.
«Estaba caminando por (la calle) Colima y las ventanas empezaron a moverse. Vi a la gente correr, empezaron a gritar. Estuvo muy feo. No me quería acercar a ningún árbol. Me tuve que tirar al suelo», refirió Leiza Visaj Herrera, de 27 años.
En Ciudad de México funciona un sistema de alarmas que se activa un minuto antes del sismo, pero periodistas de AFP dijeron que esta vez se escuchó la alarma al mismo tiempo que comenzó a sentirse el temblor toda vez que el epicentro estuvo a menos de 200 km de distancia de la capital.
El pasado 7 de septiembre, un terremoto de 8,1, el más fuerte en un siglo en México, causó 96 muertos y más de 200 heridos en el sur del país, especialmente en los estados de Oaxaca y de Chiapas.
AFP