La casa de acogida y rehabilitación Padre Machado, en El Valle, está a cargo de las Hermanitas de los Pobres de Maiquetía y de varias congregaciones, pero en realidad es el hogar de un centenar de personas en situación de calle que la visitan cada lunes, miércoles y viernes para bañarse, cambiarse de ropa y comer. A lo largo de tres años de actividades, la religiosa María de Los Ángeles Perdomo, regente de la casa, ha visto crecer el número de personas que llegan al hogar en un contexto nacional en el que escasean los alimentos y recrudece la crisis económica.
Este jueves, el hogar recibió a más de 120 personas que viven en la indigencia, el doble de lo que suelen atender en sus jornadas ambulatorias. «Cada vez hay más necesidad y, además de hombres, aumenta el número de mujeres y de niños que pernoctan en distintas zonas de la ciudad, y que se pelean los restos de comida que consiguen en los contenedores de basura», comenta Yadira Harb, voluntaria.
Actualmente, 10 hombres permanecen internados en la casa y cursan El camino de Emaús, un programa de acompañamiento y rehabilitación. Por su parte, la atención ambulatoria brinda alimentación, aseo personal, atención médica y formación en valores a un grupo que oscila entre 60 y 100 hombres.
Para que esta obra, que durante 2016 atendió cerca de 3.000 personas en situación de calle, pueda continuar su dinámica, requiere el apoyo de empresas y particulares que aporten alimentos, ropa y zapatos para nutrir el ropero, medicamentos o atención de profesionales que apoyen el proceso de rehabilitación de personas que están luchando contra el alcohol y las drogas. «Uno ve a Dios cada vez que alguien te tiende la mano para alimentarte o hacerte bien», dijo Jesús González, con cinco años en la calle.