Las fuerzas armadas irán detrás de tres cabecillas separados de la guerrilla ahora en paz: Miguel Santillana Botache, conocido como «Gentil Duarte», Gener García Molina («John 40») y Néstor Vera («Iván Mordisco»).
La disidencia de John Cuarenta o Géner García Molina, de 53 años, y jefe del frente 43, no sorprendió. De tiempo atrás se sabía que actuaba como capo del narcotráfico y que tenía pactos con las bandas criminales, reseña la revista Semana.
BOGOTA. Tres jefes guerrilleros que se apartaron del proceso de paz con las FARC serán perseguidos en adelante como objetivos de «alto valor militar» en Colombia, anunció el ministerio de Defensa este martes.
El gobierno empleará todo su poder de fuego, incluido los bombardeos, que marcaron un punto de inflexión en el conflicto armado de cinco décadas, contra los líderes de las llamadas disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Esta directiva «le permitirá a las Fuerzas Militares y a la Policía Nacional actuar de manera contundente frente a las nuevas estructuras que no se acogieron al acuerdo de paz con el gobierno nacional», señaló el ministerio en un comunicado.
El presidente Juan Manuel Santos alcanzó un histórico acuerdo que permitió este año el desarme de unos 7.000 combatientes de las FARC y la transformación de esa guerrilla comunista en partido político, tras el prolongado enfrentamiento.
Sin embargo, algunos comandantes y su tropa se marginaron del pacto y según las autoridades, están al frente del negocio del narcotráfico en departamentos como Guaviare (sureste) y Nariño, fronterizo con Ecuador.
La Defensoría del Pueblo, encargada de velar por los derechos humanos en el país, estima que las disidencias cuentan con un pie de fuerza de hasta 800 hombres.
Las fuerzas armadas irán detrás de sus tres cabecillas: Miguel Santillana Botache, conocido como «Gentil Duarte», Gener García Molina («John 40») y Néstor Vera («Iván Mordisco»), considerados como «objetivos de alto valor militar o estratégico».
Bajo esa estrategia, la entonces guerrilla de las FARCsufrió los mayores golpes en 50 años de lucha armada al perder, por ejemplo, a su jefe militar Jorge Briceño, ‘Mono Jojoy’, en un bombardeo en 2010.
Con esta nueva directiva, el gobierno equipara a los rebeldes que no firmaron la paz con organizaciones del crimen organizado como el Clan del Golfo, la principal banda narcotraficante armada del país.
En una entrevista exclusiva con la AFP en las selvas del Guaviare, a inicios de octubre, uno de los jefes guerrilleros en Guaviare, conocido como Aldemar, advirtió que las llamadas disidencias seguirán con la lucha que a su juicio traicionaron los comandantes de las FARC que firmaron la paz con Santos en noviembre de 2016.
«¿Disidencia? No hemos cambiado una coma en la parte ideológica, seguimos siendo revolucionarios que buscan el poder para el pueblo por la vía político-militar», señaló Aldemar, de 32 años.
Santos intenta sacar adelante los acuerdos con el ahora partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, y negocia la paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), última guerrilla del país.
AFP