En la población de San José de Barlovento, donde originariamente en los siglos pasados habitaban los trabajadores de las haciendas radicadas en la población de Rio Chico, hoy Municipio Páez y Andrés Bello del estado Miranda, encontramos un rincón denominado «Flor de Mayo», rodeado de canales de navegación y una hermosa naturaleza que lleva a la idea de un observatorio de aves, el paso de las iguanas y al sombra de los centenarios Robles y Ceibas, entre otras especies animales y vegetales.
Allí podemos encontrar las tradiciones gastronómicas de Barlovento en manos de un emprendedor culinario identificado como Arturo Noguera, personaje bastante conocido en la región.
Arturo y su familia cuentan con una trayectoria en su arte y oficio gastronómico, de 45 años ininterrumpidos, impartiendo el mejor servicio siempre de manera sonriente y en compañía de su núcleo familiar que se extiende para el día de hoy a una tercera generación, ya que el conocimiento de los platos en la preparación gastronómica se ha pasado de padres a hijos y en este actual momento a sus nietos, lo cual da por resultado una cocina y servicio familiar para todos los comensales que asisten a tener contacto con la naturaleza.
Solaz es el lugar en el que quienes acuden a «Flor de Mayo» pueden disfrutar de la comida que es creada por las manos de Noguera, quien se especializa en marisquería y pescados en general.
Los postres igualmente son creados por Noguera, siempre partiendo de la cocina tradicional venezolana, barloventeña e internacional, que se ha venido trasmitiendo de una generación a otra.
Es importante destacar que en momentos donde el país atraviesa una situación delicada desde el punto de vista económico, es de resaltar la labor realizada por gente con el cheff Arturo Noguera, haciendo degustar de los mejores platos gastronómicos de la región a todos los concurrentes. Más importante sería resaltar, el empeño de mantener y rescatar las tradiciones locales y usar esta plataforma como una escuela gastronómica y del buen servir con educación y vocación a todos los comensales, atendidos por su entorno familiar.
Podemos dar paso al refran que versa: “ El que quiere puede”, de esta manera es propicio exteriorizar esta visión positiva de país e incluso de valores, dada la labor familiar que no salomente se destaca en una buena preparación gastronómica sino además en la educación y enseñanza del buen trato, incluyendo la percepción de lograr el éxito mediante la unión, el trabajo, el esfuerzo de cada integrante de la familia.