El gobierno de Nicolás Maduro acusó este jueves a Estados Unidos de promover la «violencia» con su nueva ronda de sanciones contra funcionarios venezolanos, justo cuando se anunció la reanudación de diálogos con la oposición.
«Pretenden volver a generar desestabilización y violencia en nuestro país», escribió el canciller Jorge Arreaza en Twitter, al rechazar las medidas que calificó como «imperialistas, absurdas y desesperadas».
Protestas opositoras que exigían la salida de Maduro del poder -y que según Caracas fueron financiadas desde Estados Unidos- dejaron unos 125 muertos entre abril y julio.
El Departamento del Tesoro estadounidense fijó este jueves sanciones financieras contra una decena de colaboradores de Maduro, entre ellos los ministros Ernesto Villegas, Freddy Bernal y Jorge Márquez, y directivos del Consejo Nacional Electoral (CNE).
Ello, mientras el gobierno y la oposición venezolana anunciaban que retomarán negociaciones en República Dominicana de cara a las elecciones presidenciales de 2018.
«No es casual» que el presidente estadounidense, Donald Trump, «imponga nuevas sanciones hoy que derecha venezolana anuncia disposición para continuar diálogo», apuntó Jorge Rodríguez, ministro de Comunicación y uno de los principales negociadores del oficialismo.
«Al régimen supremacista estadounidense lo que menos le conviene es que se consolide la paz en Venezuela», agregó.
Estados Unidos ha sancionado a Maduro y gran parte de sus funcionarios más cercanos y, además, prohibió a sus ciudadanos negociar deuda con el gobierno venezolano y su estatal petrolera PDVSA, en momentos en que el país caribeño enfrenta el riesgo de un default.
Las mayores agencias calificadoras de riesgo -Moody’s, Fitch y Standard & Poor’s- rebajaron las notas de PDVSA por considerar inminente el cese de pagos, mientras Maduro adelantó que espera renegociar la deuda externa, estimada en 150.000 millones de dólares.
AFP