Cumpliendo con su deseo, de que el día que muriera fuera enterrado en su pueblo natal, se hizo el pasado sábado el sepelio de nuestro Adrián Ramón Guacarán Blanco “El Peregrino”, en el cementerio municipal de Caucagua.
Aunque Adrián ya venía presentando fuerte quebranto de salud, la noticia de su fallecimiento ocurrida en el Hospital Domingo Luciani, en horas de la noche del día jueves 16, verdaderamente nos sorprendió.
Adrián Guacarán, nos deja con apenas 44 años de edad, era conocido nacional e internacionalmente, por su gloria alcanzada tras haberle interpretado al Santo Padre la canción “El Peregrino”, aquél 29 de enero de 1985, en Ciudad Guayana, en ocasión de su visita a Venezuela.
Era hijo de Tomás Ramón Guacarán (†) y María Blanco, casado con Sheila de Guacarán con quien procrea un hijo.
Dios lo premió con una hermosa voz, la cual escuchamos desde que era un niño, cuando participaba en los diferentes festivales infantiles, actos escolares y como integrante de la Coral Infantil Víctor Sosa, en la Escuela de Música de Caucagua Víctor Sosa, donde también se desempeñó como docente, siendo actualmente integrante activo de la Orquesta Trópico, agrupación popular de estilo bailable.
El milagro de su gloria con el Papa Juan Pablo II, se dio gracias a la insistencia, protección y oraciones de la Hermana Amanda Ribas, -quien ya lo conocía desde el Colegio La Encarnación-, quien como directora del Colegio Ntra. Sra. de Fátima en Ciudad Guayana pudo vencer los obstáculos para que él se presentara ante su Santidad, ocasión en la que Adrián le pidió que bendijera a su pueblo.
Así, en forma inmediata se hizo conocer en toda Venezuela y en los países vecinos como el “Niño Cantor”, donde llevó sus cantos, principalmente a las iglesias, hospitales, ansianatos y escuelas.
Por sus canciones “El Buen Amigo” y “El Peregrino” se hizo amigo del Papa Juan Pablo II, llegando a ir al propio Vaticano, donde tuvo la oportunidad de presentarse en la Iglesia Santa María La Mayor de Roma, y en Radio Vaticano, siendo el primer barloventeño de la historia que canta para toda Europa a través de esta emisora. Estando en el Vaticano participó en el Encuentro Mundial de Jóvenes con el Papa, donde cautivó nuevamente al Pontífice y a los asistentes.
También incursionó en el teatro y en la actuación actoral, que lo llevaría al cine y la televisión; de ello recordamos la película Panchito Mandefuá, “de cómo Panchito Mandefuá fue a cenar con el Niño Jesús”, obra de José Rafael Pocaterra, llevada a la pantalla grande por Silvia Manrique, donde Adrián ocupó el rol de protagonista.
Así pues, en horas de la mañana del día sábado fue llevado a la Sala Simón Bolívar, del Complejo Cultural de Barlovento, donde permaneció en Capilla Ardiente, mientras se le rendía el homenaje póstumo por parte de la iglesia, las autoridades municipales, instituciones de la comunidad y el pueblo de Caucagua. La Banda Escuela Caucagua, dirigida por Ilwin González, fue la encargada de acompañar el cortejo fúnebre que lo trasladó hasta su última morada. Paz a sus restos. Que San Juan Pablo II lo reciba en su altar.
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