Es la privación de la libertad de una o más personas, cualquiera que fuera su forma, cometida por agentes del Estado o por personas o grupos de personas que actúen con la autorización, el apoyo o aquiescencia del Estado, seguida de la falta de información o la negativa a reconocer dicha privación de libertad.
Josefa García vivía con su familia en El Tigre, al sur del estado Anzoátegui. Mucho más al sur, en la frontera con el estado Bolívar, hay un sector que se llama Bocas del Pao, que es la desembocadura del Río Pao sobre el Río Orinoco. Simón Gregorio León García, hijo de la Sra. Josefa, logró que le asignaran un terrenito para cultivar en Bocas del Pao; por lo que decide mudarse y trabajar la tierra allí. Por ser nuevo en la zona, a Simón León García lo confunden los ganaderos con otra persona llamada Ramón Poncherón, a quien acusan de robarles el ganado y, por eso, lo amenazan de muerte; a su vez, Simón los denuncia porque amenazan su vida. Posteriormente, los hijos de un ganadero, junto con unos guardias nacionales, que no eran del estado Anzoátegui sino del estado Bolívar, buscan a Simón. La Guardia Nacional lo detiene. Cuando Simón les pregunta el motivo, los efectivos lo meten a punta de golpes en el vehículo (eso es lo que se llama una detención arbitraria, ya que no estaba cometiendo ningún delito ni estaba solicitado por ningún tribunal). También golpean a otro muchacho, a quien dejan en libertad, pero a Simón se lo llevan hacia la hacienda de estos ganaderos que queda a varios minutos en vehículo y lo siguen golpeando. De la finca, los guardias nacionales lo llevan al Comando de la Guardia en San Tomé, edo. Anzoátegui,y como no lo aceptan, porque estaba golpeado y porque no tenían orden de detención, ni lo habían capturado infraganti, lo regresan a la finca. A partir de allí, 11 de diciembre de 2004, nunca más volvió a aparecer Simón León García, configurándose un caso de desaparición forzada. (1)
¿Qué es?
Es la privación de la libertad de una o más personas, cualquiera que fuera su forma, cometida por agentes del Estado o por personas o grupos de personas que actúen con la autorización, el apoyo o aquiescencia del Estado, seguida de la falta de información o la negativa a reconocer dicha privación de libertad o de informar sobre el paradero de la persona, con lo cual se impide el ejercicio de los recursos legales y de las garantías procesales pertinentes. (Art. 2, Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas).
La desaparición forzada es un flagelo que afecta a muchos países en el mundo; por eso, a iniciativa de la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos Desaparecidos (FEDEFAM), se escogió el 30 de agosto para conmemorar el Día del Detenido-Desaparecido.
“La desaparición es un crimen de lesa humanidad, es mucho más grave que una detención arbitraria, pues atenta no sólo contra el derecho a la libertad personal, sino contra la integridad personal, contra el derecho a la vida; y cuando es cometido por funcionarios públicos no sólo es una violación de derechos humanos, sino un crimen de lesa humanidad. La desaparición forzada es, además, un delito continuado; es decir, que el delito se sigue cometiendo hasta que aparezca la persona o se conozca ciertamente su destino o paradero”, señala Alfredo Ruiz, integrante del Programa de Atención Integral a personas Víctimas, de la Red de Apoyo por la Justicia y la Paz, y quien además acompaña el caso de la desaparición forzada de Simón León.
El caso Simón León García
La Red de Apoyo acompaña a Josefa García en la búsqueda de justicia por la desaparición de su hijo desde el año 2009. Este caso lo lleva la Fiscalía 19 de Derechos Fundamentales del estado Anzoátegui, a cargo del Dr. Ernesto Cova, con sede en Barcelona.
Después de muchos ires y venires, acusaciones, imputaciones, investigaciones, recursos de amparo, recursos de nulidad, por fin en este año 2012 se da la audiencia preliminar y allí la Fiscalía decide imputar a los funcionarios de la Guardia Nacional (G.N.) Rafael Eduardo Betancourt Fleitas y G.N. Hugo Dario Sánchez Villaroel, por su responsabilidad en la desaparición forzada de Simón León García, en vista de que el juez de control permitió que hubiese una imputación por desaparición forzada. Con estas acciones se anula la acusación anterior por detención arbitraria. “Actualmente, estamos esperando que la Fiscalía presente una nueva acusación por desaparición forzadapara que se pueda dar un juicio.Nuestro llamamiento lo dirigimos entonces al Fiscal 19 de Anzoátegui, Ernesto Cova, para que presente la acusación con prontitud, y pedimos además que continúe la investigación por parte del Ministerio Público y del Ejecutivo Nacional para dar con el paradero de Simón León García”, señala Alfredo Ruiz.
La pérdida de un hijo cambia la vida
Perder a una persona querida significa un gran dolor y el vacío es aún mayor cuando no aparece el cuerpo de la persona para comprobar si en realidad está viva o muerta.
“Cuando un ser querido se enferma y se muere, queda un dolor pero es un dolor más suave, porque uno está consciente de que Dios se lo llevó; pero cuando pasan cosas como éstas (casos de desaparición forzada) nos cambia la vida, cambia el rumbo. A mí me cambió la vida en un 100%. Quiero andar porque tengo fuerza de voluntad para hacer las cosas, aunque hay veces que se me olvidan las cosas… ¿cómo vas a pasar este año alegre si ves a tus hijos y sientes que te falta uno? Me siento como que cargara la mitad de una persona viva y la otra vacía. La mitad de una persona vive porque tiene fuerza de voluntad y la otra no vive porque siempre anda en el dolor, en la preocupación, en una constante pensadera que no termina… Si al menos me dijeran dónde lo enterraron yo sabría donde podría ir a llorar y poner una flor… esto es demasiado duro… Quiero comunicarme con el Ministro de Interior y Justicia para que me ayude, ya mi caso era para que estuviera resuelto, ya va pa` nueve años…”, señala la señora Josefa, madre de Simón.
Como ciudadanos y ciudadanas debemos estar conscientes de que la desaparición no tiene justificación y que este crimen no prescribe y, por tanto, siempre debemos denunciar y exigir justicia.
1. Síntesis del relato de hechos aportado por familiar de víctima
Red de Apoyo atiende casos
En nuestro país la práctica de desaparición forzada comenzó en el gobierno de Rómulo Betancourt en 1962 y se hizo sistemática y generalizada contra opositores políticos a partir de 1964 en el Gobierno de Raúl Leoni.
La Red de Apoyo por la Justicia y la Paz ha atendido 40 casos de denuncia desaparición forzada entre 1985 y 1999; y 30 más desde el año 2000, a partir del momento en que la Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela reconoce la desaparición forzada como un delito y una violación grave de los derechos humanos. Según nuestro Código Penal, la Desaparición Forzada es un delito que es castigado con prisión de 15 a 25 años