El presidente Nicolás Maduro amplió el poder de los militares en su gobierno al entregar este domingo a un general el mando de la petrolera estatal PDVSA, pilar de la economía venezolana y declarada en default por su millonaria deuda.
Maduro designó al general Manuel Quevedo, de la Guardia Nacional, como presidente de «nuestra amada PDVSA» y ministro de Petróleo, con la promesa de «una reestructuración total» de la compañía, que aporta 96% de las divisas del país.
El mandatario, que hizo el anuncio en su programa semanal de televisión, le puso como principal reto «elevar la producción» petrolera, que se ubica en 1,9 millones de barriles diarios (mbd) frente a 2,27 mbd en 2016. La cifra llegó a 3,2 mbd en 2008.
Expertos atribuyen esa caída a la baja inversión en infraestructura por el alto gasto público a cargo de PDVSA.
La menor producción, combinada con la baja de los precios del crudo, sumió al país -dependiente de las importaciones- en una profunda crisis con escasez de alimentos básicos y medicinas y una inflación que el FMI proyecta en más de 2.300% para 2018.
«Lealtad incondicional»
Venezuela y PDVSA fueron declaradas recientemente en default por un grupo de tenedores de bonos y por las calificadoras de riesgo Standard & Poor’s y Fitch, debido al atrasado en pagos de capital e intereses de títulos de deuda.
Los bonos de la empresa representan 30% de una deuda externa venezolana estimada en 150.000 millones de dólares, que Maduro busca renegociar.
El país con las mayores reservas petroleras del mundo debe pagar en lo que resta del año varios cientos de millones de dólares de deuda soberana y de PDVSA, y unos 8.000 millones en 2018.
El presidente nombró a otro militar como ministro de Comercio Exterior: el capitán José Vielma Mora, exgobernador del estado Táchira (este).
Al menos un tercio del gabinete de Maduro está integrado por oficiales activos o retirados.
Es un poder que, según analistas, convierte a la Fuerza Armada en el principal sostén del mandatario socialista, con baja popularidad y cuyo mandato finalizará en enero de 2019.
El alto mando reitera a menudo su «lealtad incondicional» a Maduro y a la revolución bolivariana fundada por su fallecido antecesor Hugo Chávez (1999-2013).
Hoy, los militares intervienen en múltiples sectores, incluida la producción y distribución de alimentos.
Maduro creó también en 2016 la Compañía Anónima Militar de Industrias Mineras, Petrolíferas y de Gas (Camimpeg), que vincula a la Fuerza Armada a la exploración y explotación de yacimientos.
Corrupción
Como jefe de la Guardia Nacional en Caracas, el nuevo presidente de PDVSA fue clave en el control de las protestas contra Maduro convocadas en 2014.
Las manifestaciones dejaron 43 muertos y el líder opositor Leopoldo López, actualmente en arresto domiciliario, fue condenado a casi 14 años de prisión acusado de instigar a la violencia.
La oposición responsabilizó entonces por la violencia a militares y policías, tal como sucedió entre abril y julio de este año, con manifestaciones que dejaron 125 fallecidos.
Sin embargo, no es la primera vez que un militar dirige PDVSA. El general Guaicaipuro Lameda lo hizo entre octubre de 2000 y febrero de 2002, tras lo cual se convirtió en opositor de Chávez.
Además de los problemas financieros y estructurales, PDVSA, que llegó a figurar entre las mayores petroleras del mundo, sufre el flagelo de la corrupción. La Fiscalía investiga múltiples casos.
Hace una semana, las autoridades detuvieron a seis altos directivos de Citgo, su filial en Estados Unidos, acusados de firmar contratos «leoninos» para refinanciar deuda por 4.000 millones de dólares, poniendo como garantía a la subsidiaria.
Según el gobierno, de por medio había una coima de 50 millones de dólares.
Washington pidió acceder a cinco de los capturados que tienen nacionalidad venezolana y estadounidense, reveló este domingo Maduro.
«¡Qué casualidad! (…) ¿No les parece extraño el encargado de negocios de la embajada de Estados Unidos (Lee McClenny) desesperado por defender a estos bandidos?», cuestionó el mandatario.