La jefa de la misión de observadores de la Unión Europea, la eurodiputada portuguesa Marisa Matias, criticó la lentitud en la divulgación de datos
Honduras seguía este martes sin saber quién fue el vencedor de las elecciones presidenciales del domingo, el opositor Salvador Nasralla o el presidente Juan Orlando Hernández, quienes movilizan a sus seguidores para defender sus respectivas «victorias».
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) continuaba el lento conteo de votos. Según el único informe dado hasta el momento, Narsalla, un popular presentador de televisión y narrador de fútbol de 64 años carente de experiencia política postulado por la Alianza de Oposición Contra la Dictadura, obtenía una ventaja de cerca de cinco puntos.
En efecto, con 58,39% de las actas contadas, Nasralla lograba 45,05% de los votos contra una cosecha de 40,28% para Hernández, de 49 años y aspirante a la reelección por el derechista Partido Nacional (PN).
El candidato liberal Luis Zelaya quedaba rezagado con 13,81%, mientras los restantes seis aspirantes no llegaban ni al 1%.
La jefa de la misión de observadores de la Unión Europea, la eurodiputada portuguesa Marisa Matias, criticó la lentitud en la divulgación de datos.
«Tras dos días sin anunciarse nuevos resultados, el tribunal debe establecer una comunicación más fluida, publicando actas conforme van llegando (…) como se hizo en la votación de 2013», indicó Matias.
Consultado al respecto, el presidente del TSE, David Matamoros, respondió que «sabemos que estamos bombardeados con críticas, pero si no tengo actas, no las puedo divulgar».
Dijo esperar concluir el conteo de las 17.500 actas electorales para el próximo jueves al mediodía, cuando proclamará al ganador de la votación.
Ante la demora en la entrega de resultados parciales la noche del domingo, Nasralla y Hernández proclamaron su respectivas victorias, arropados por sus simpatizantes.
Pese a la ausencia de resultados definitivos y al lento conteo de votos, Nasralla lideró la tarde del lunes una nueva celebración frente a la sede del TSE junto a unos 20.000 simpatizantes.
A poca distancia, el PN también realizó una concentración y una caravana por Tegucigalpa para «defender el triunfo» del presidente Hernández, quien pudo disputar un nuevo mandato amparado por un fallo del tribunal constitucional, pese a que la Constitución prohíbe la reelección.
Voto en contra
Los analistas sostienen que la votación a favor de Nasralla refleja su popularidad entre la población hondureña tras 40 años de presencia constante en la televisión, con programas de farándula y de deportes.
Paralelamente, los expertos apuntan a un castigo por las tendencias autoritarias y denuncias de corrupción contra el gobierno de Hernández, pese a que le reconocen logros en materia de seguridad y estabilidad económica.
«El resultado no fue tanto a favor de alguien como en contra del gobierno», dijo a AFP el empresario Adolfo Facussé, presidente de Fundación Covelo de apoyo a los pequeños productores.
«El problema para la mayoría es que no hay empleo. El gobierno ha tenido estrategias para combatir la criminalidad, pero eso por sí solo no mejora la vida de la gente», destacó el empresario, quien sostuvo que la capital tiene 542 colonias, 80% de las cuales siguen bajo el mando de las pandillas.
Una de las naciones más pobres de América Latina, Honduras es además uno de los países sin guerra más violentos del mundo, con una tasa de homicidios que en 2016 se situó, según el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional, en 60 por 100.000 habitantes.
Por su parte, el estadounidense Eurasia Group, de análisis de riesgo, advirtió que un triunfo de Nasralla podría conducir a políticas populistas motivadas por su cercanía con Manuel Zelaya, derrocado de la presidencia tras un golpe de Estado en 2009.
«Una victoria de Nasralla representaría incertidumbre de corto plazo para los inversionistas. Su plataforma de campaña fue muy populista, incluidos promesas de cortar impuestos sobre la renta y dar servicios sociales gratuitos», señaló la evaluación de Eurasia Group.
Noe Leiva
Marco Sibaja / AFP