El gobierno de Nicolás Maduro y la oposición comenzaron este viernes en República Dominicana negociaciones para buscar salidas a la grave crisis venezolana, en medio de marcado escepticismo.
Los delegados de Maduro y la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) se sentaron cara a cara en la cancillería dominicana, tras encuentros previos por separado con los acompañantes internacionales, constató la AFP.
«Venimos determinados a luchar por los derechos básicos de los venezolanos: derecho a la salud, derecho a la alimentación, derecho al voto, derecho a la democracia», declaró Julio Borges, líder de la delegación de la MUD, a una treintena de periodistas antes de ingresar a la sede diplomática.
«Escucharemos lo que la oposición viene a decir, pero venimos a exigir el cese inmediato de las agresiones económicas», expresó por su parte Jorge Rodríguez, principal negociador del chavismo.
Se refirió así a las sanciones financieras de Estados Unidos contra Venezuela, por las que responsabiliza a la MUD.
El presidente del país anfitrión, Danilo Medina, dijo la víspera que espera que la «buena voluntad» se imponga con resultados positivos.
Las conversaciones, acompañadas por México y Chile -invitados por la MUD- y Bolivia, Nicaragua y San Vicente y las Granadinas -aliados de Maduro-, se extenderán hasta el sábado.
A distancia, Maduro saludó las gestiones de Medina. «Gracias a Dios lo hemos logrado: mesa de diálogo en República Dominicana», escribió en Twitter, compartiendo un breve video difundido por la cancillería dominicana.
¿Dudas? «Es natural»
Las partes vuelven a la mesa tras acercamientos frustrados entre 2014 y 2017 por acusaciones de incumplimientos, por lo que sectores opositores rechazan los contactos, considerándolos «una farsa».
Para Luis Vicente León, presidente de la encuestadora Datanálisis, el escepticismo «es natural», pero piensa que la arrolladora inflación y la aguda escasez de alimentos y medicinas podrían forzar a las partes a cerrar acuerdos.
Esta vez «los dinamizadores de la negociación son económicos», dijo a la AFP.
Según el analista, el gobierno podría estar dispuesto a dar «oxígeno» al sector privado para dinamizar la estancada economía, pues «la cabeza de Maduro» deja de estar entre las exigencias inmediatas de la MUD tras protestas que dejaron unos 125 muertos entre abril y julio.
La MUD plantea como principales demandas la apertura de «un canal humanitario» para la entrada a Venezuela de alimentos y medicamentos, así como «condiciones justas» de cara a las elecciones presidenciales de 2018.
Maduro, quien aspirará a la reelección según su vicepresidente Tareck El Aissami, exige a sus adversarios que aboguen por el fin de las sanciones que prohíben a funcionarios y entidades estadounidenses negociar deuda de Venezuela y su petrolera PDVSA.
El presidente venezolano intenta refinanciar la deuda externa, estimada en unos 150.000 millones de dólares.
Para ello necesita por ley la aprobación del Parlamento, de mayoría opositora, declarado en desacato por una justicia -según la MUD- «secuestrada» por el gobierno.
La Asamblea Constituyente impulsada por Maduro, que rige como poder absoluto, respalda el refinanciamiento; pero muchos inversores temen que sus acuerdos sean inválidos tras un eventual «cambio político» si no cuentan con aval legislativo.
Por pagos atrasados en capital e intereses de bonos, Venezuela y PDVSA fueron declaradas recientemente en default por un grupo de acreedores y calificadoras de riesgo.
A ello se suman los escándalos de corrupción en la industria petrolera, que aporta 96% de los ingresos del país. Eulogio Del Pino y Nelson Martínez, ambos exministros de Petróleo y expresidentes de PDVSA, fueron arrestados el jueves.
Divisiones
La MUD acude a la cita fracturada y diputados opositores se enfrentaron el martes pasado entre gritos de «traición» cuando el Parlamento aprobaba un informe en apoyo a los acercamientos.
Borges, presidente de la cámara, defiende la decisión de acudir a Dominicana: «Sabemos a lo que nos enfrentamos. No somos ingenuos», pero «es un deber» intentar que «se abra la cooperación internacional con medicinas y comida».
La delegación opositora es respaldada por una docena de asesores entre los que figuran empresarios, sindicalistas y activistas de derechos humanos.
Que la prioridad sea lo económico no significa que vaya a descuidarse lo político. Según especialistas, los comicios presidenciales previstos para diciembre de 2018 podrían ser adelantados para el primer trimestre, con lo que el gobierno aprovecharía las fracturas en la MUD.
Pero tampoco es ajeno a fisuras el oficialismo. El analista político Axel Capriles considera que la purga en PDVSA refleja «una guerra interna» con la empresa como campo de batalla.