Pese a los grandes esfuerzos de los gremios transportistas y a las recientes ventas fiscalizadas de lubricantes y cauchos por parte del Gobierno Nacional en la zona, la situación del transporte en el Municipio Zamora tiende a empeorar, ya que la mayoría de las asociaciones tiene muy pocas unidades en servicio y el traslado de pasajeros pasó a manos de los llamados «piratas».
En las últimas semanas, la formalidad del transporte zamorano se ha perdido totalmente, ya que son los «piratas» quienes dominan el panorama, solventan a medias el traslado de pasajeros entre Guatire y sus sectores y entre Guatire y Guarenas, pero lo hacen cobrando el pasaje como les da la gana, discriminando a estudiantes y a las personas de la tercera edad, no usan uniformes y tampoco respetar las reglas de las distintas organizaciones, como la realización de guardias, por ejemplo.
Adicionalmente, las unidades de los piratas no es que estén en mejores condiciones, sino que simplemente están rodando y ello basta para estar en «servicio».
La situación ha afectado particularmente a la Asociación Civil Santa Cruz, que cubre la ruta entre la ciudad de Guatire y el barrio Las Casitas, que llegó a tener 50 vehículos en servicio, más de veinte o treinta por día, y hoy solo coloca dos o tres por jornada y se ayuda con los piratas para tener cinco o seis carros en actividad simultáneamente.
«Ahorita estamos en una situación que vemos cualquier carro con capacidad para cargar pasajeros y lo metemos en la zona», contó recientemente Edgar Jaspe, presidente de la organización. «Tenemos a los consejos comunales encima, reclamándonos porque hay pocos carros trabajando, pero hacemos lo que podemos con lo que tenemos», apuntó.
Recientemente, los conductores de la Asociación Civil Santa Cruz accedieron a una venta supervisada de cauchos y lubricantes coordinada por el Bloque de Transporte del Municipio Zamora a través de la Fundación Fondo Nacional de Transporte Urbano (Fontur), la Misión Transporte y la Gobernación del estado Miranda, pero muchos de ellos siguen sin recuperar sus unidades totalmente.
Ante este panorama, los usuarios de la ruta Guatire-Las Casitas pasan las de Caín, al punto que una gran cantidad de personas transita la ruta, de unos cuatro o cinco kilómetros, a pie, antes que hacer las larguísimas colas en las paradas.
En el interior del barrio, no hay forma que los usuarios de la parte baja puedan tomar un bus en las horas pico, por lo que la mayoría, incluyendo los usuarios del sector Las Nereidas, camina hasta el sector La Redoma.
A la grave situación hay que agregarle el hecho de que las unidades que están prestando el servicio actualmente se encuentran en muy malas condiciones, tanto de motor como en su interior, algunas con tubos de agarre despegados, vidrios de ventanas que se caen, colectores groseros.
El pasaje
Cabe destacar que el pasaje en toda la zona se encuentra en Bs.500, muy por encima de los Bs.280 autorizados por el Gobierno Nacional, pero que se ha vuelto ley.
Si bien las autoridades repiten a diario que el pasaje urbano a Bs.500 no ha sido autorizado, lo cierto es que es el pasaje que pagan todos los usuarios del transporte urbano, mientras las personas de la tercera edad y los estudiantes pagan Bs.250, estos últimos aún a la espera de un programa de pasaje estudiantil prometido por el Gobierno Nacional hace más de un año.
Pero la anarquía va más allá. Algunos conductores tienen su cuota propia de viejitos y estudiantes en sus vehículos (para cobrar pasaje completo a aquellos que superan la cifra asumida unilateralmente) o bien hay algunos que simplemente le cobran la tarifa completa a todo el mundo.
Las guardias
Apenas se oculta el sol, la ciudad de Guatire experimenta una transformación, por cuanto el transporte desaparece, los negocios cierran y la actividad disminuye casi a nada, lo que se convierte en un escenario que favorece los ataques del hampa, si bien los módulos de la Policía Nacional Bolivariana han bajado los índices de inseguridad en las últimas semanas.
Entrada la noche se hace muy difícil que la gente consiga transporte, pese a que muchas personas arriban en horas nocturnas desde Caracas y Petare, principalmente, por lo que muchos se ven obligados a pagar taxis hasta sus viviendas. Antes, una línea solía hacer guardia hasta las 11 de la noche.
Edward Sarmiento
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