El gobierno de Nicolás Maduro y la oposición celebran este viernes en República Dominicana una segunda ronda de negociaciones en busca de salidas a la aguda crisis política y socioeconómica de Venezuela.
Tras un primer cara a cara el 1 y 2 de diciembre, las partes se dan cita en la sede de la cancillería dominicana, adonde llegaron las delegaciones en el transcurso de la mañana, observó un equipo de la AFP.
«Esperamos que no nos levantemos ninguna de las partes hasta que lograremos un acuerdo satisfactorio» para ambos, dijo a periodistas el jefe negociador del gobierno, Jorge Rodríguez, a su arribo al ministerio.
«Hemos avanzado bastante en los seis puntos de la agenda y hoy estaremos trabajando en la parte operativa», añadió. Los delgados opositores no ofrecieron declaraciones.
Aunque Rodríguez manifestó que se trabaja en un «acuerdo definitivo» para la «convivencia pacífica», analistas ven incierta esa posibilidad.
El jueves, el negociador de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) Simón Calzadilla no descartó una tercera ronda de conversaciones.
El chavismo acude fortalecido tras arrasar el domingo pasado en las elecciones de alcaldes, en las que no participaron los tres principales partidos de la MUD.
Cada bando se aferra a sus objetivos principales: el gobierno exige que cese el «sabotaje» contra la economía, y sus adversarios garantías para que las elecciones presidenciales de 2018 sean «transparentes».
Las partes plantearon sus exigencias a los cancilleres y delegados de México, Chile, Bolivia, Nicaragua y San Vicente y las Granadinas -facilitadores del proceso- y los diplomáticos elaboraron una propuesta que se discute este viernes.
Elecciones «justas»
Aunque la oposición quedó debilitada tras la amplia victoria del gobierno en las elecciones municipales y en las de gobernadores del 15 de octubre, Colette Capriles, asesora de la MUD en la negociación, cree que ésta puede aprovechar el momento.
A su juicio, los comicios demostraron que Maduro decidió «ganar elecciones no competitivas, algo propio de las dictaduras contemporáneas».
«Lo ocurrido funciona como evidencia para sostener la demanda de condiciones electorales competitivas y justas», declaró a la AFP.
Los partidos de los líderes Henrique Capriles, Leopoldo López -en arresto domiciliario- y Henry Ramos Allup se marginaron de las municipales tras denunciar irregularidades en las votaciones de gobernadores.
Maduro amenazó con inhabilitar a esas agrupaciones por negarse a ir a las urnas, lo que fue condenado por Estados Unidos y Canadá, entre otros.
Las nuevas tentativas de diálogo suceden a otras que fracasaron entre 2014 y 2017, por acusaciones mutuas de incumplimiento de lo pactado.
Mientras, la crisis económica empeora, con una severa escasez de alimentos y medicinas y una inflación que en 2018 podría escalar a 2.349%, según el FMI.
¿Ningún acuerdo?
La posibilidad de alcanzar los acuerdos máximos, según analistas, luce distante, especialmente tras los resultados de las municipales.
«Una negociación depende del poder de negociación de las partes, y el de la oposición se redujo tras las municipales», dijo a la AFP el analista Luis Vicente León.
Al celebrar la victoria Maduro pidió prepararse para ganar las presidenciales, previstas para fines de 2018, y en las que según su vicepresidente, Tareck El Aissami, buscará la reelección.
Entre octubre y diciembre, el presidente subió su popularidad de 24,4% a 31,1%, según la firma Venebarómetro.
En contraste, la evaluación negativa de la MUD aumentó de 46,1% a 65,7%, tras fallar en su intento de presionar la salida de Maduro mediante protestas que dejaron unos 15 muertos entre abril y julio.
Analistas aseguran que el chavismo querría aprovechar ese impulso para adelantar las presidenciales al primer trimestre.
Colette Capriles considera que la diferencia entre esta negociación y las anteriores es «el amplio apoyo de la comunidad internacional» a unas elecciones sin sesgo del poder electoral.
«La presión internacional y la que ejerce la calamitosa situación económica y humana en la que estamos podrían tener efectos, pero puede que no se alcance ningún acuerdo», advirtió.
«Será difícil ver una elección competitiva, pero quizás sí la liberación de algunos presos y concesiones económicas», opina por su parte León.
afp